Argentina, quien ha estado los últimos 14 años entre los diez países con mayor inflación del mundo, tuvo el mayor alza de precios desde 1990, cuando vivía de hiperinflación.
“La inflación se aceleró a 94.8 por ciento en 2022, la variación más alta desde la hiperinflación de 1990 (mil 344 por ciento)”, revela Ecolatina, una consultora encargada de asesorar a sus clientes para optimizar la performance de sus negocios en Argentina.
La dinámica inflacionaria del año fue afectada por la guerra en Ucrania y la crisis de la deuda en pesos y reservas junto con la renuncia del ex ministro de Finanzas, Martín Guzmán (julio), que “implican un overshooting de la brecha cambiaria, añadiendo combustible adicional a la inflación del tercer trimestre de 2022”, agrega la consultora.
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Argentina ha tenido históricamente una economía inflacionaria. Durante el siglo pasado la variación interanual de precios rara vez se ubicó por debajo de los dos dígitos.
Hacia mediados de la década de los setentas, tras el Rodrigazo, la inflación superó el 100 por ciento y se situó por encima durante casi quince años, hasta desembocar en la hiperinflación de finales de los ochentas y principios de los noventas.
Solo un régimen de política económica muy rígido como la llamada “Convertibilidad” contuvo las presiones inflacionarias, pero su misma rigidez fue insostenible macroeconómicamente. Tras el salto por la devaluación de principios de 2002, la variación de precios regresó a niveles de un dígito hasta mediados de la década, para subir escalonadamente hacia el 100 por ciento interanual esperado a finales de 2022.
“La economía argentina se encuentra estancada desde 2011. En estos años, la inflación ha ido subiendo escalones hasta situarse en niveles incompatibles con un proceso de crecimiento sostenido”, señalan Pablo de la Vega, Guido Zack y Jimena Calvo, investigadores de Fundar Argentina.
Agrega que en el mismo período otros países de América Latina demostraron un crecimiento de hasta 20 por ciento.
Al mismo tiempo, la inflación ha subido progresivamente hasta alcanzar los niveles actuales, que son cercanos a los tres dígitos.
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Los economistas señalan que mientras Argentina mantenga los niveles inflacionarios actuales no hay esperanzas de que retome la senda del crecimiento económico.
“Argentina ha venido perdiendo capacidades estatales y la inflación es reflejo de ello: empoderar el Estado nuevamente es clave para propiciar una política de ingresos lo más efectiva posible, reduciendo los costos de la unificación cambiaria y la desinflación”, expresaron.
La economía argentina permaneció 14 de los últimos 16 años entre los diez países con mayor inflación del mundo, agrega.
Entre 2005 y 2022 la lista de países, —que evidenciaron niveles de inflación mayores a los de Argentina en algún año particular del período—, son Afganistán, Angola, Bielorrusia, Botswana, Burundi, Etiopía, Ghana, Haití, Irán, Kenia,
Malawi, Mozambique, Suriname, Siria, Yemen, Zimbabwe.
Dados los niveles actuales, Argentina está a punto de unirse al pequeño club de economías que evidenciaron tasas de inflación superiores al 100 por ciento en al menos un año del período considerado (2004-2022): Burkina Faso, Líbano, Sudán del Sur, Sudán del Norte,Venezuela y Zimbabwe, detallan los investigadores de Fundar Argentina.
¿Qué productos subieron más de precio en 2022?
El alza fue liderada por Prendas de Vestir y Calzado con 120.6 por ciento; seguida por Restaurantes y hoteles con 108.8 por ciento. Por su parte, Equipamiento y mantenimiento del hogar anotó un incremento de 97.2 por ciento. En quinto lugar se ubicó Alimentos y bebidas no alcohólicas, con un aumento de 95 por ciento, en línea con el nivel general.
Por otro lado, las menores variaciones se vieron en Comunicación con una subida 67.9 por ciento), Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles con un alza de 80.9 por ciento) y en Recreación y cultura con un repunte de 83 por ciento.