Fernando Navajas, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), http://www.fiel.org/aseguró que Javier Milei, quien asumió como presidente de Argentina, producirá un big bang para darle un drástico cambio de régimen económico, nunca antes visto en aquella nación de Sudamérica.
“Más allá de las incertidumbres o probabilidades de formato de numerosas configuraciones sectoriales de la organización económica y social, el shock electoral de noviembre pasado deja un mandato para que el gobierno electo avance en producir un “big bang” del tamaño equivalente al ocurrido a comienzos de la década de 1990, si no mucho mayor”, revela el economista argentino.
“La imagen, en medio de tantas incertidumbres y desprolijidades que se vieron estos días y que se van a ver en adelante, asemeja a la que ocurre cuando una gota de líquido de color entra en un vaso con agua”, manifiesta.
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Agrega que la dinámica de las partículas de la gota será desordenada o aleatoria, pero las propiedades finales van a ser tales que el líquido del vaso va a cambiar de color durante el gobierno de Argentina al mando de Javier Milei.
“Esta propiedad de entropía que tiene mucho de lo que vemos hoy es, sin duda, incierta y está condicionada a muchos interrogantes que alimentan un posible y próximo desequilibrio político y social.
Pero el hecho de que el proceso comenzó lo vuelve único e irreversible: “La Argentina va camino a ser otra a apenas días de haber cumplido 4 décadas de democracia continua”.
Daniel Arteta, economista de FIEL recuerda que los anuncios económicos del presidente Javier Milei aportan alguna claridad respecto del rumbo inicial de su gobierno en Argentina.
Entre las definiciones económicas para Argentina propuestas por Javier Milei son:
1.- No hay financiamiento y, por ello, la corrección fiscal debe ser de shock. Es positivo que se reconozca la importancia de equilibrar las cuentas públicas. El objetivo es ambicioso porque se ha planteado alcanzar el equilibrio global el año próximo, lo cual requiere un superávit primario cercano a los 2 por ciento del PIB. Téngase en cuenta que una proyección pasiva del resultado fiscal primario de 2024 se acerca a un déficit de 4 por ciento del PIB.
2.- No puede levantarse el cepo cambiario de inmediato. Este es otro punto positivo. Pero no por el problema de las Leliqs, sino por el monto de atrasos en los pagos al exterior que llevarían, en un hipotético mercado de cambios libre, a un equilibrio con un nivel de tipo de cambio real posiblemente insostenible desde lo político y social.
3.- Habrá varios meses de estanflación. Probablemente sea pesimista hablar de dos años, pero la magnitud de los desequilibrios heredados requiere adoptar medidas de shock que seguramente sean recesivas al comienzo. Si se restablece la confianza, debería haber alguna entrada de capitales que ayudaría a recuperar la actividad antes de lo pensado.
4.- La dolarización se habría postergado, lo cual da espacio para utilizar el señoreaje para atender la necesidad de emitir pesos.
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“Una mejora fiscal de varios puntos del PIB requiere actuar por el lado de los egresos e ingresos”, comenta Daniel Arteta.
Hay muchos avances que se pueden hacer por decreto, pero otros requieren de apoyo legislativo. Además, hay correcciones que generan distorsiones y otras que las corrigen pero que pueden agregar mucha nominalidad a una economía que navega a altas tasas de inflación.
“Si no se levanta el cepo, es posible mantener el impuesto PAÍS, pero este gravamen tiene un sesgo antiexportador que, para ser corregido, necesitaría mantener algún porcentaje de liquidación de exportaciones al tipo de cambio contado con liquidación”.
Una reforma del Estado puede generar ahorros inmediatos si se reduce la cantidad de empleados contratados, pero ello generará resistencia de los gremios estatales.
“Pero apunta a una gestión más eficiente porque hay exceso de empleo”.
En el otro extremo, la suspensión de la inversión pública es menos costosa políticamente hablando, pero atenta contra el crecimiento económico.
En el mercado cambiario se ha definido que se mantendrá el cepo, pero al mismo tiempo tiene que haber señales claras de simplificación y eliminación del sinnúmero de trabas y distorsiones actuales, al menos para las nuevas operaciones.
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El foco en las Leliqs es exagerado: “Los tenedores de las Leliqs son los depositantes que tendrían pocos incentivos para correr si hay un programa de reformas fiscales y estructurales contundente.
Además, endeudarse en el exterior para canjear las Leliqs resulta en un descalce de monedas para el sistema financiero que genera alguna vulnerabilidad. Tendría algún sentido si se dolarizaran todos los depósitos, pero ello tendría lógica en el camino hacia una dolarización, concluye Daniel Arteta.