El 24 de febrero de 2022 el mundo recibió una noticia devastadora. Vladimir Putin, presidente de Rusia, ordenó la invasión de Ucrania y una guerra se desató mientras el virus Covid-19 golpeaba a todos los países cimbrando una gran incertidumbre en la economía global.
A un año de que comenzara la guerra, hoy se vislumbra un panorama más certero: el de una inflación inminente derivada del incremento de precio en todos los productos, que va desde el jugo de naranja hasta los commodities con mayor demanda.
El efecto de la guerra, en lo que refiere a la industria de alimentos, provocó que el precio del jugo de naranja congelado, que en febrero de 2022 costaba 1.7 dólares en promedio, subiera a 2.484 dólares a febrero de 2023, lo que significó una variación de 81.65 por ciento, indicó un análisis de Grupo Financiero Base.
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Desde que inició el conflicto bélico entre ambos países, la generación eléctrica e industrial, así como la producción agrícola y de metales, han sido afectadas fuertemente por los movimientos geopolíticos que han realizado los países europeos, principalmente, en busca de un menor impacto entre dichas naciones.
Sin embargo, la bebida favorita para el desayuno llegó a costar hasta 2.670 dólar, un precio histórico para los niveles vistos previos a la guerra, es decir, su variación fue de hasta 95% por arriba del precio registrado a inicios del de 2022.
“Debido ya sea a que detonaran un incremento drástico en la energía global y precios de los alimentos, impulsando en potencia una desglobalización, o que alentaran una marcada expansión en los presupuestos de la defensa en Europa, la guerra de Rusia contra Ucrania no va a ser recordada como el fin de una era, sino como el inicio de una nueva”, señala Mabrouk Chetouane, Jefe de Estrategia para el Mercado Global, estratega de mercado sobre la guerra de Ucrania.
Al incremento del precio del jugo de naranja se suma el alza de otros productos del mercado agrícola, como el arroz, el azúcar y el cacao, que tuvieron variaciones anuales de hasta 10.38, 9.83 y 5.05 por ciento, respectivamente.
El azúcar pasó de costar 17.88 dólares antes de la guerra a 19.67 dólares en un año; el arroz, de 15.35 a 17.015 dólares, mientras el cacao, que estaba en 2,664 dólares se elevó a los 2,748 dólares.
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“La resiliencia del mercado de commodities se debió a que los países de Occidente y aliados consiguieron sustituir en poco tiempo el flujo de materias primas provenientes de Rusia por commodities de otros países, evitando que se materializara un escenario severo de escasez”, detalla al respecto Grupo Financiero Base.
Por otro lado, el análisis explica que el reacomodo en el comercio global de materias primas provocó que los commodities provenientes de Rusia se enviaran a países como China e India, siendo China de los principales beneficiarios de la guerra, ya que ha obtenido acceso a materias primas más económicas de origen ruso.
Otros commodities
Respecto al mercado de metales industriales, en este año de guerra destacó el aumento de precios del mineral de hierro y el acero, mientras que otros productos como el zinc y el níquel se vieron afectados por una baja en sus inventarios desde la pandemia sanitaria por Covid-12.
En febrero del 2022, el mineral de hierro tenía un precio de 700 dólares en promedio, mientras que 12 meses después llegó a los 893 dólares representando un incremento de 29.99 por ciento. Por otro lado, el acero tuvo una variación anual de 3.62%, al pasar de los 990 dólares a los 1030 dólares.
“El problema de la oferta de los metales industriales comenzó desde la pandemia, con los cierres a minas y las interrupciones en las cadenas de suministro, lo que redujo su producción e incrementó el uso de inventarios. A partir del 2022, la guerra y las fluctuaciones de los precios de energía causaron nuevos problemas de oferta”, precisa Grupo Financiero Base.
En tanto, los altos precios de materias primas ocasionaron un aceleramiento en la inflación que llevó a la implementación de una política monetaria más restrictiva por parte de los principales bancos centrales a nivel global.
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Respecto a las previsiones para los siguientes meses, el análisis indica que las fluctuaciones de los precios de las materias primas seguirán teniendo efectos sobre varias economías, ya que en muchos países los precios de los combustibles y alimentos aún se encuentran muy por encima de los niveles previos a la invasión.
“A pesar de que en meses recientes los precios de los commodities se han movido por factores considerados como ‘tradicionales’, como las perspectivas económicas de China y Estados Unidos, así como condiciones del clima y efectos estacionales, hacia adelante la guerra seguirá siendo un factor de riesgo para los precios”, advirtió Grupo Financiero Base.