El Fondo Monetario Internacional (FMI) aumentó sus proyecciones de crecimiento global para el año, pero indicó que las tasas de interés más altas y la invasión de Ucrania por parte de Rusia seguirán pesando sobre la actividad económica.
En su última actualización económica, el FMI dijo que la economía mundial crecerá un 2.9 por ciento este año, lo que representa una mejora de 0.2 puntos porcentuales con respecto a su perspectiva anterior de octubre.
Sin embargo, la proyección económica para este año es una caída frente a la expansión de 3.4 por ciento en 2022. También revisó su proyección para 2024 a la baja al 3.1 por ciento.
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La perspectiva se volvió más positiva en la economía mundial debido a factores internos mejores de lo esperado en varios países, como Estados Unidos.
El crecimiento económico demostró ser sorprendentemente resistente en el tercer trimestre del año pasado, con mercados laborales sólidos, consumo doméstico e inversión empresarial robustos, y una adaptación a la crisis energética en Europa mejor de lo esperado y las presiones inflacionarias han disminuido en las principales economías durante algunos meses.
China anunció la reapertura de su economía después de los estrictos bloqueos de Covid, lo que se espera que contribuya a un mayor crecimiento mundial. La debilidad del dólar estadounidense también ha mejorado las perspectivas para los países de mercados emergentes que tienen deuda en moneda extranjera.
El panorama no es totalmente positivo. La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva advirtió a principios de este mes que la economía no estaba tan mal como algunos temían, “pero menos mala aún no significa buena”.
El FMI advirtió el lunes sobre varios factores que podrían deteriorar las perspectivas en los próximos meses. Estos incluyeron el hecho de que la reapertura de Covid de China podría estancarse, la inflación podría permanecer alta, así como la invasión prolongada de Rusia a Ucrania podría sacudir aún más los costos de la energía y los alimentos y los mercados podrían volverse amargos por una inflación peor a la esperada.
Los cálculos del FMI dicen que alrededor del 84 por ciento de las naciones enfrentarán una inflación general más baja este año en comparación con 2022, pero aún pronostican una tasa promedio anual de 6.6 por ciento en 2023 y de 4.3 por ciento el año siguiente.
La comunicación clara del banco central y las reacciones apropiadas a los cambios en los datos ayudarán a mantener ancladas las expectativas de inflación y disminuirán las presiones sobre salarios y precios, las principales prioridades políticas es que los bancos centrales sigan abordando el aumento de los precios al consumidor.