El entorno financiero en la Argentina parece no beneficiar a los emprendedores tecnológicos y como resultado muchos están mirando a Uruguay como un destino ideal para expandir su negocio.
Por esta razón, el gobierno uruguayo flexibiliza las condiciones que deben cumplir los argentinos para tributar en el país vecino, para tramitar una residencia fiscal como también beneficia a las empresas de tecnología con bajos impuestos.
La Ley de Inclusión Financiera exonera de tasas y tributos a la importación de insumos asociados a la innovación tecnológica del sector de electrónica o robótica. Tampoco requieren la intervención por parte de la aduana para exportar e importar.
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La pesada y disonante migración de los trabajadores independientes y las empresas tecnológicas argentinas a Uruguay promete crear un cambio de preeminencia en la economía y la sociedad del pequeño país sudamericano.
Al tiempo que resalta los problemas que tiene la segunda economía de la región para retener talentos en una de las industrias clave a nivel global.
Entre 2020 y 2021, más de 21 mil 415 argentinos solicitaron la residencia permanente o temporal en Uruguay, seis veces más que las peticiones acumuladas en los dos años anteriores añadidos.
A partir de mediados de 2020, el gobierno pro mercado uruguayo amplió las exenciones fiscales para los trabajadores extranjeros que viven en el país y redujo los requisitos de residencia. Además, las empresas de software no pagan impuestos sobre la renta.
La presencia de los empresarios Tech en Uruguay es tal que lleva a algunos a pedir al gobierno de ese país mejoras para su actividad.
Así, mientras de un lado del Río de la Plata las condiciones macroeconómicas y fiscales no son las más favorables, del otro lado se acumulan los alicientes para que más argentinos y empresas elijan Uruguay como su base de operaciones.
Los datos no permiten saber en qué sectores se desempeñan los migrantes, pero dado el aumento de la presencia de freelances y startups tecnológicas de origen argentino en Montevideo, Colonia, Punta del Este y otras ciudades orientales es válido especular que el rubro Tech tiene su peso.
Sobre todo teniendo en cuenta los elevados salarios que necesitan los emigrantes para sobrevivir con el alto costo de vida de Uruguay, salarios que son más habituales en las profesiones tecnológicas que en otras.
La tendencia preocupa al Gobierno argentino, que en octubre del 2021 instauró el “dólar tecno”, un régimen que permite a las empresas conservar parte de los dólares de sus ventas al exterior sin liquidarlos a cambio de pesos en el mercado oficial con el objeto de que puedan usarlos para competir por la captación de talentos frente al siempre tentador mercado global.
También, el sistema que permite cobrar hasta 12 mil dólares al exterior a particulares que trabajan como freelancers y exportan sus servicios.
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Pero, como contrapartida, lo que más desalentó más inversiones en la argentina fue el impuesto a la riqueza del 5.25 por ciento que ningún otro país aplicó, y cuya autoría en el país se atribuye a Carlos Heller o Máximo Kirchner.
Pero la confianza de Uruguay en que su estabilidad económica, fiscal y de reglas de juego continuará siendo un atractivo impulsa proyectos asociados a la relevancia cada vez mayor del rol de los nómades digitales en Uruguay.