Este año será una Navidad diferente para los habitantes de Belén. No habrá villancicos, turistas ni celebraciones, será una Navidad apagada sin las habituales luces festivas ni el árbol navideño que se elevaba en la Plaza del Pesebre. Las autoridades locales han decidido suspender las celebraciones debido a la guerra entre Israel y Hamás.
Bethlehem o Belén, como la conocemos en idioma castellano, es la famosa ciudad bíblica en donde nació el niño Jesús, según los evangelios de Lucas y Mateo.
Está ubicada en la zona de Cisjordania, territorio palestino, a unos 9 kilómetros al sur de Jerusalén, pero cuya seguridad, ingreso y salida de vehículos y personas, está a cargo del ejército de Israel, Tiene una superficie de apenas 30 kilómetros cuadrados y una población de 30 mil habitantes, la mayoría dedicada al turismo, que suele llegar por estas épocas para celebrar la Navidad en el lugar donde la Virgen María dio a luz al hijo de Dios.
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La cancelación de las fiestas navideñas, que suele atraer miles de visitantes de todo el mundo, supone un duro golpe para la economía de la ciudad.
Por la guerra, los palestinos cristianos de otras zonas tampoco pueden ingresar a la ciudad.
El principal atractivo de Belén es la Basílica de la Natividad, que comenzó a construirse en el año 326, bajo las órdenes de Helena de Constantinopla, madre del emperador Constantino I.
Se hizo bajo una antigua cueva, que durante muchos años fue señalada como el lugar donde se ubicó el pesebre de Jesús.
A lo largo de la historia, la ciudad perteneció a diferentes nacionales hasta que finalmente quedó en manos de La Autoridad Nacional Palestina en 1995.
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La iglesia de la Natividad, inscrita en el patrimonio mundial de la Unesco, atrae normalmente a cientos de miles de turistas de todo el mundo, ahora la plaza y los hoteles lucen vacíos y los negocios cerrados.
Sus habitantes han decidido no celebrar este año en solidaridad con los palestinos de la Franja de Gaza, muchos de ellos cristianos.
Este año la guerra ha logrado apagar las luces de Belén.