Marcelo Cima, secretario de Relaciones Económicas del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina, aseguró que la economía argentina llegó tarde a la fiesta de los acuerdos comerciales, que no serán firmados en el corto plazo con Brasil, la Unión Europa y la Asociación Europea de Libre Comercio.
“Argentina llegó tarde a la fiesta de los acuerdos comerciales, por lo que la Cancillería va a empujar para concretarlos”, afirmó el funcionario del gobierno de Javier Milei.
La hoja de ruta puesta en marcha por el gobierno de Javier Milei es jugar con las reglas de los países desarrollados, para lo cual la Argentina debería ir ajustando su legislación, recordó el encargado de las relaciones comerciales.
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Según el secretario de Relaciones Económicas del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, uno de los primeros acuerdos comerciales es avanzar junto con Brasil en las negociaciones.
El funcionario le restó posibilidades a firmar un acuerdo comercial con la Unión Europea al menos en el corto plazo.
“Estaba cerrado en 2019, pero luego, diferentes posturas, tanto de países del Mercosur como de Europa, lo dejaron abierto y sin resolución. Hay posibilidades de cerrarlo, pero la ventana es chiquita”, señala.
Las elecciones europeas, previstas entre el 3 y el 9 de junio de 2024 serán un termómetro para que los países del bloque puedan avanzar con una postura más homogénea, comenta.
“Vamos a negociar después de las elecciones europeas”, así como hay una intención de Argentina para avanzar en la negociación de un acuerdo comercial con la Asociación Europea de Libre Comercio, un bloque integrado por Islandia, Suiza, Noruega y Liechtenstein, que representa un mercado global de 10 millones de personas.
Hoy tiene el comercio exterior argentino para reemplazar a la UE como comprador: “Todos los modelos teóricos identifican a la UE; Asia está todo en rojo por sus restricciones”, expresa Marcelo Cima.
La postura del Gobierno nacional es avanzar en acuerdos junto con el Mercosur, aunque Cancillería propone algunos cambios, “un aggiornamiento” en el funcionamiento de la unión aduanera.
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“Vamos a proponer en la próxima reunión tres modernizaciones; financiera, para que no se gaste más de la cuenta; institucional, para hacerlo más ágil; y para la toma de decisiones, ya que no nos convence que la postura de uno de los países miembros pueda voltear la posición de tres”, detalla Marcelo Cima.
Actualmente, las relaciones comerciales entre los países son cada vez más complejas, poder definir una agenda de negociaciones para impulsar los productos nacionales es estratégico.
“Acabamos de venir de Ginebra y ahí pudimos comprobar la cantidad de trabas que tiene la política comercial agropecuaria”, aseguró Federico Zerboni, presidente de Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar).
A la hora de identificar los factores que impactan en los cambios en el comercio internacional. Martín Piñeiro, director del Comité de Agricultura del CARI, indica que la fragmentación política y económica entre Occidente, con Estados Unidos como abanderado, y Asia con China como referente, complica los términos de las negociaciones.
“En los últimos tres años, FMI informó que el comercio exterior a nivel mundial cayó 2 por ciento, pero entre los países de los bloques el intercambio cayó 5%; eso es un síntoma de fragmentación. Por lo tanto, la tradicional forma de salir a vender al mundo ya no alcanza”.
Las exportaciones agropecuarias argentinas seguirán siendo importantes para el país, ya que representan 70 por ciento de las ventas totales, demandan un cambio en la estrategia de desarrollo y fomento.
“Están concentradas en términos de productos y de países. Cinco nomenclaturas comerciales representan 80 por ciento de las exportaciones, y 10 países, el 65 por ciento del total”.
Dentro de esta fragmentación comercial, los alimentos se han convertido en un objeto geopolítico, que influye en cualquier negociación o acuerdo multilateral. “Hay un debilitamiento de la Organización Mundial de Comercio (OMC) lo que resulta complejo”, admite Martín Piñeiro.
Agustín Tejeda Rodríguez, subsecretario de Mercados Agroalimentarios e Inserción Internacional de la Secretaría de Bioeconomía, dice que cuentan con una estrategia para una inserción internacional competitiva.
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“En el comercio internacional florecen grandes y nuevas oportunidades, pero con nuevos y renovados desafíos. Hay una reconfiguración de la demanda, nuevo escenario geopolítico y disrupciones en las cadenas globales. Hay nuevas preocupaciones y requerimientos ambientales, que imponen barreras por fuera de la OMC”.
Para el subsecretario de Mercados Agroalimentarios, Argentina tiene que aprovechar el nuevo escenario para llevar a cabo una inserción basada en las cadenas de la bioeconomía. Y en esa lista está el maíz y sus derivados.
La idea oficial es posicionar a Argentina como un proveedor líder de alimentos y de otros bienes y servicios, sobre la base de sus fortalezas y ventajas competitivas. “El objetivo es aumentar la participación en el mercado global con base diversificada en dos atributos: confianza, debido a que es una región en paz y con apertura comercial, y sostenibilidad, que valoriza los sistemas productivos”, concluye el funcionario.