Rogelio Ramirez de la O, secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), afirmó que la guerra de Israel y Hamas dispara las primas de seguros del transporte marítimo a nivel mundial.
“Dado que los ataques (por las tensiones geopolíticas en el Mar Rojo) se han incrementado riesgos de pérdidas y se han presentado incrementos importantes en las primas de seguros para el transporte marítimo”, declaró el funcionario del gobierno de México.
Las tensiones geopolíticas se han intensificado y han puesto nuevas presiones al comercio y la economía mundial, señaló el economista mexicano.
Desde finales del año pasado, los ataques de grupos beligerantes en el Mar Rojo han provocado disrupciones en el tránsito de mercancías a través del Canal de Suez, recordó el titular de la SHCP.
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A raíz de ello, muchas embarcaciones han tenido que tomar una ruta alterna a través del Cabo de Buena Esperanza para evitar los ataques, lo cual ha elevado los tiempos de traslado entre 10 y 15 días, agregó.
El comercio marítimo, que hoy mueve más del 80 por ciento del comercio mundial, fue también uno de los espacios en los que históricamente comenzaron a prosperar los seguros.
«Lo que sí ha aumentado bastante es el precio de los seguros, que se ha llegado a multiplicar por 10. Hay muchas compañías de seguros que dada la situación o bien deciden no asegurar o bien multiplican por 10 sus primas», informó Ramón Gascón, coordinador del grupo de trabajo de Asia-Pacífico del Club de Exportadores e Inversores.
A principios de 2024, el empresario dijo que se trata de un sector liderado, principalmente por las grandes aseguradoras de Reino Unido, que incluyen en sus pólizas la conocida como cobertura de guerra que incluye daños o pérdidas causados por guerras, rebeliones, insurrecciones, revoluciones, o luchas civiles derivada de ellas, entre otras cosas. Sin embargo, estos seguros no se hacen cargo cuando se trata de zonas inestables o potencialmente en conflicto, comentó el representante a elEconomista.es.
Hay que tener en cuenta que en muchos casos, estas pólizas no las ofrecen las aseguradoras generalistas. «Hay que buscarlas en mercados muy especializados en Londres. Y muchas veces en esos mercados el seguro no lo suscribe una aseguradora, sino sindicatos con suscriptores de nicho, donde la cobertura de guerra y huelga, que se compra por separado, tiene unas condiciones de prima elevadísimas», explicó Tomás Barona, director de Marítimo de Howden Iberia.
Esta es la historia del seguro de guerra en el transporte marítimo
A principios del siglo XIX, las guerras napoleónicas causaron tal cantidad de pérdidas -por la destrucción de naves, pero también por su captura o confiscación- que las aseguradoras empezaron a replantearse el modo de trabajar con estos riesgos, cubriéndose de manera específica o excluyendo algunos casos. El sector fue creciendo e internacionalizando y ante la necesidad de estandarización, en 1906 las grandes aseguradoras británicas -las que dominaban entonces este mercado- redactaron las cláusulas de “Guerra y huelgas”, que se adoptaron a nivel global y que, con pocas actualizaciones, se han mantenido hasta nuestros días.
La denominada cobertura de guerra y huelgas incluye los daños o pérdidas causados por:
Guerra, guerra civil, rebelión, insurrección, revolución, o lucha civil derivada de ellas, o actos hostiles cometidos por o contra una potencia beligerante.
Captura, incautación, embargo preventivo, restricción o detención.
Minas, torpedos, bombas u otras armas de guerra abandonadas (un supuesto que se hizo necesario tras la Segunda Guerra Mundial, cuando estos explosivos aún abundaban en los mares)
Huelguistas, paro patronal o personas que participen en disturbios laborales, motines o agitación civil.
Terrorismo o actos maliciosos cometidos por una motivación política, ideológica o religiosa.
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El ramo del seguro denominado marine “es internacional por su propia naturaleza, y requiere de cláusulas estándar que puedan entenderse y funcionar en cualquier parte del mundo”, explica Javier Alonso, Head of Marine en Mapfre RE. Aunque puedan presentar distintas redacciones, en general las cláusulas responden a las mismas figuras jurídicas.
La cobertura de guerra suele estar incluida en las dos principales pólizas de marine, la de barcos (conocida como seguro de cascos) y la de mercancías. En estos contratos se establecen una serie de condiciones, entre ellas para zonas de especial riesgo, escenarios bélicos entre grandes potencias o excluyendo el transporte terrestre de las mercancías, potencialmente más peligroso.
Para los buques, la cobertura de guerra es mundial excepto para las zonas inestables o potencialmente en conflicto. Si un barco necesita viajar a tales zonas o países, habitualmente podrá hacerlo previo pago de una prima adicional que dependerá de la situación en el momento del desplazamiento. Las zonas de navegación en las que la cobertura debe ser acordada caso a caso se establecen por el Joint War Committee (JWC), una entidad que tiene su origen en aquel grupo de grandes compañías de Londres que sentaron las bases del sector hace más de un siglo. Estas áreas y países (y sus aguas territoriales, unos 22 kilómetros mar adentro) que el organismo considera de mayor riesgo se sitúan principalmente en Oriente Medio y África.
La lista de zonas excluidas se puede modificar mediante un preaviso de al menos 7 días, lo que da un margen a los barcos y les permite tener cobertura frente a estallidos de guerra inesperados, por ejemplo la invasión de Kuwait.
A mediados de febrero, ante el aumento de la tensión en Ucrania, el JWC incluyó en la lista las aguas ucranianas y rusas del Mar Negro y Mar de Azov. Así, si un buque se encontraba en Ucrania o navegando hacia allí, habría dispuesto de 7 días para salir de la zona o cambiar su ruta, estando protegido en ese tiempo, o bien contactar con su aseguradora para que prolongase su protección, aunque con un precio acorde al riesgo.
En el seguro de cascos, se establece otra importante exclusión: no cubre los daños tras un estallido de guerra entre las principales potencias militares del mundo: Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido y Francia. Pero esto solo aplica en caso de que el conflicto se produzca entre dos o más de estas naciones, no cuando se enfrenten con un tercero.
El seguro de mercancías cubre los riesgos de guerra “únicamente mientras se encuentran a flote en el buque que las transporta, es decir, la cobertura cesa al desembarcarlas. A partir de la descarga, se considera un riesgo político”, detalla el responsable de Marine de Mapfre RE.
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Esto es así desde la guerra civil española, cuando las aseguradoras multinacionales comprobaron que la destrucción o pérdida de los cargamentos que entran en una zona en conflicto alcanzaban unos niveles demasiado elevados para poder asumirlos.
Cuando una compañía es contactada para un viaje concreto es capaz de evaluar su riesgo, incluyendo la guerra. En las pólizas abiertas de mercancías, de duración anual y ámbito geográfico amplio, es habitual incluir la posibilidad de variar las zonas amparadas automáticamente mediante preaviso, de forma análoga al seguro de barcos.