El éxodo de personas de El Salvador, Guatemala y Honduras creó un negocio millonario para los coyotes, quienes cobran hasta 20 mil dólares por persona para que los lleven por tierra desde el Triángulo Norte de Centroamérica a México y después a su frontera con Estados Unidos para que los crucen de manera ilegal.
“La cantidad total que gastan los migrantes en el viaje a los Estados Unidos es (de 20 mil dólares por el costo de contratar un coyote y gastos de viaje), lo cual ya presenta una tendencia creciente”, revela el Consejo Nacional de Población (Conapo) de México.
Víctor Manuel Isidro Luna, jefe de Estudios de Flujos Migratorios Internacionales de Conapo, explica que parte de la migración irregular proveniente de El Salvador, Guatemala y Honduras recurre a los servicios de guías —también denominados pateros, polleros o coyotes— en su trayecto por México y el cruce a los Estados Unidos.
Lee: La sequía afecta al lago Titicaca
El término “pollero” surgió con posterioridad al de “coyote” y se asocia más a la ciudad de Tijuana. Tiene su origen en la manera en que se desplazaba la población migrante: como polluelos que corren en fila india detrás de la gallina.
“Los costos de contratar un coyote son significativos y se han incrementado de 2013 a 2020”, señala.
El funcionario de la Conapo agrega que la migración irregular de El Salvador, Guatemala y Honduras contrata algún tipo de coyote frecuentemente se endeuda.
Los migrantes en busca de una vida mejor se ven obligados a contratar coyotes y a pedir dinero prestado para hacerlo, comenta Víctor Manuel Isidro Luna.
A inicios del siglo XX, la población que los utilizaba para cruzar la frontera sur de los Estados Unidos era originaria de China y el Japón; en 1925, empezó a hacerlo la población de México (se estima que entonces se pagaba a los coyotes entre 150 y 200 dólares corrientes de los Estados Unidos.
A partir de la década de 1980, comenzó a incrementarse la cantidad de población de Centroamérica que utilizaba este servicio. Con la inclusión de este último grupo de población, no solo se recurre a los coyotes para cruzar a los Estados Unidos, sino también para transitar por México, lo que dio lugar a una diversidad de estrategias de tránsito de la población migrante para alcanzar su destino.
“Debido a su colindancia con territorios de América del Norte y de Centroamérica, desde hace aproximadamente 50 años, México se ha convertido en un país de tránsito para las personas migrantes de otras partes de América Latina y el Caribe y de otras regiones que intentan llegar a los Estados Unidos”, comenta Rafael López Vega, director de Estudios Socioeconómicos y Migración Internacional del Conapo.
Lee: “Vamos a seguir invirtiendo en Uruguay”, dicen empresarios chilenos
El maestro en Estudios de Población por El Colegio de la Frontera Norte recuerda que esta situación se ha hecho mucho más evidente en los últimos años, pues el país se ha convertido en un lugar de refugio para miles de personas y familias de Centroamérica.
Durante la pandemia de Covid-19, no se produjo una reducción perceptible de las actividades de contrabando de personas a nivel mundial, e incluso se generaron condiciones para que algunas redes de contrabandistas aprovechan las vulnerabilidades de las personas en movilidad, añade.
El investigador afirma que se han documentado, a través de entrevistas a migrantes de El Salvador, Guatemala y Honduras, la presencia de traficantes de migrantes (coyotes) en las migraciones colectivas conocidas como “caravanas».
Las migraciones de El Salvador, Guatemala y Honduras, que han adquirido carácter colectivo o que se han gestado colectivamente durante 2020 y 2021, pueden analizarse desde la lógica de hacer frente “en grupo” a las vulnerabilidades, los riesgos y los crecientes costos económicos que implica el proceso migratorio.
Se encontró que el 70 por ciento de los migrantes de El Salvador, Guatemala y Honduras en cinco ciudades fronterizas contrataron coyotes para cruzar a Estados Unidos.
Por países, las probabilidades de endeudarse por utilizar un coyote para cruzar la frontera de los Estados Unidos son del 83 por ciento en el caso de El Salvador, del 71.5 por ciento en el de Guatemala y del 68.3 por ciento en el de Honduras.
Lee: A los argentinos les preocupa la inflación y a los suecos la violencia
“Mientras que, en el caso de El Salvador, esta probabilidad va en aumento, en el de Guatemala se ha mantenido constante y en el de Honduras tiene una tendencia a disminuir, con algunas fluctuaciones”, puntualiza Conapo.
La probabilidad de endeudarse por usar dos coyotes en el caso de los migrantes de El Salvador es de 85.1 por ciento; en el de los de Guatemala, del 78.1 por ciento, y en el de los de Honduras, del 74.4 por ciento: “Los migrantes que contratan a dos coyotes dependen en gran medida de los préstamos para pagarlos”.