En la era digital actual, el auge de las plataformas de redes sociales ha propiciado la aparición de un número considerable de personalidades influyentes en el ámbito financiero, conocidos como influencers.
Estos «influencers» frecuentemente comparten tácticas de inversión, recomendaciones económicas y supuestas oportunidades para obtener beneficios rápidos. A pesar de que algunos de ellos entregan información valiosa y experiencias enriquecedoras, también existe un aspecto sombrío y riesgoso que a menudo queda desapercibido.
El principal desafío se origina en la falta de regulación y verificación de la credibilidad de estos influencers financieros.
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Muchos carecen de una base sólida de conocimientos financieros y carecen de la pericia necesaria para proporcionar asesoramiento adecuado. Impulsados por el afán de ganar seguidores y obtener ganancias, algunos recurren a tácticas arriesgadas e incluso fraudulentas, lo que pone en peligro la estabilidad financiera de aquellos que confían en ellos.