Los bancos centrales de Europa, Estados Unidos y el Reino Unido han dejado claro su compromiso de continuar con el endurecimiento de sus políticas monetarias, a pesar del riesgo potencial de una recesión en sus economías por las altas tasas de interés.
Si bien ninguno de los presidentes de los bancos centrales considera una recesión como el escenario más probable en la actualidad, reconocen los riesgos asociados a las políticas agresivas de aumentos de tasas de interés.
En cambio, están enfocados en la necesidad de incrementar los tipos de interés para mantener el control de la inflación y preservar la estabilidad económica.
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En particular, Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), ha destacado que la economía de la eurozona se encuentra en una fase de estancamiento, y las expectativas para el segundo trimestre no son muy alentadoras, especialmente en el sector industrial.
Por su parte, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), ha planteado la posibilidad de realizar múltiples aumentos en las tasas de interés en los próximos meses, enfatizando que las presiones inflacionarias aún se mantienen altas.
Además, Andrew Bailey, gobernador del Banco de Inglaterra (BoE), ha subrayado la importancia de monitorear cuidadosamente la evolución de la economía, y el BoE ha decidido aumentar los tipos de interés en respuesta a los datos del mercado laboral y la inflación.