El alto costo de vivir, la imposibilidad de acceder a servicios sociales y el descontento por las recientes políticas en países de América Latina, representan un riesgo más para la incertidumbre económica, señaló Moody ‘s Investors Service.
“Los crecientes riesgos sociales y políticos presentes en América Latina se han convertido en factores cada vez más relevantes de los riesgos crediticios para los emisores en la región”, afirmó Ariane Ortiz-Bollin, vicepresidenta y analista Senior de Moody ‘s.
La calificadora estadounidense señala que las distintas intervenciones gubernamentales en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú están impactando directamente en la seguridad crediticia y la inversión y el desarrollo.
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“La alta inflación y el menor crecimiento exacerban los riesgos sociales y políticos subyacentes a la calidad crediticia, si bien los riesgos sociopolíticos siempre han estado presentes en AL, la naturaleza de estos riesgos ha evolucionado en los últimos años”, destacó Moody’s.
La consultora detalla que a los riesgos que enfrentan los gobiernos latinoamericanos se suma que éstos no supieron aprovechar los periodos de alto crecimiento para resolver sus problemas sociales y económicos estructurales.
“Desde que el superciclo de materias primas terminó en 2014, estos problemas se han vuelto más destacados, lo que lleva al descontento social y crecientes tensiones políticas”, agrega el informe.
El descontento social entre los latinoamericanos se nota cuando, “mientras algunos países como Argentina y Chile cruzaron los 2 mil dólares de PIB per cápita 52 años antes que Malasia, ambos países tienen niveles similares de PIB per cápita ahora, y el PIB per cápita de Malasia continúa subiendo.
De manera similar, Brasil y Taiwán, China cruzaron el umbral del PIB de 2 mil dólares al mismo tiempo, pero ahora el PIB per cápita de Taiwán es 31 mil más alto que el de Brasil.
“Esto puede generar descontento social y protestas, mientras que la disparidad de ingresos puede complicar el diseño e implementación de políticas públicas”, agrega el documento.
De acuerdo con Moody ‘s, estos son los conflictos políticos sociales de los países con riesgo crediticio en América Latina.
En Argentina afectan la volatilidad financiera y los cambios de políticas, ya que la inestabilidad económica afecta a un gobierno soberano, bancario y con calidad crediticia corporativa.
En Brasil los cambios de políticas podrían derivar en la intervención del gobierno en las empresas estatales y los bancos gubernamentales, como el reciente caso de Petrobras, que indica una posible intervención en la estrategia comercial.
En Chile, a medida que el gobierno busca abordar las demandas sociales de una mejor calidad y cobertura de servicios, los sectores más expuestos a los cambios de políticas incluyen bancos, empresas mineras y proyectos de energía.
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En Colombia, si bien las propuestas de reformas abarcan las empresas públicas, los bancos, las empresas, las carreteras de peaje, las empresas eléctricas y las empresas de servicios públicos, los entornos institucionales sólidos actuarán como frenos y contrapesos, lo que generará desconfianza en los inversionistas.
En México, los cambios en la política energética han frenado la inversión privada particularmente en energías renovables. Para las empresas públicas Pemex y CFE ha aumentado la dependencia del apoyo recurrente del gobierno.
En Perú, un resurgimiento de las protestas sociales crearía riesgos de gobernabilidad, lo que representaría una amenaza para emisores soberanos, bancarios, turísticos y minoristas.