Luego de que el Covid-19 sacudiera a la economía mundial, los efectos del “tsunami” ya comienzan a verse en América Latina en términos de pobreza. Datos del Banco Mundial (BM) alertaron que actualmente el 70 por ciento de la población en Perú es vulnerable económicamente.
“Durante dos décadas, el Perú logró reducir gran parte de su pobreza gracias a un significativo crecimiento económico. Sin embargo, la pandemia frenó estos avances en el país y provocó que cerca de dos millones de personas cayeran en la pobreza”, indicó un informe reciente del organismo multinacional.
El estudio detalla que en 2021 el índice de pobreza en Perú creció 26 por ciento dejando más personas vulnerables, sobre todo, en las áreas urbanas, aunque esto no significa que tengan más carencias que los pobres que viven en zonas rurales.
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“La reducción de la pobreza en el Perú en las últimas dos décadas ha sido destacable, sin embargo, hoy siete de cada diez peruanos son pobres o vulnerables de caer en la pobreza”, comentó Luis Felipe López-Calva, director global de Pobreza y Equidad del Banco Mundial.
De acuerdo con el reporte, entre 2004 y 2019, la pobreza en el país se redujo de 59% a 20%, sin embargo, luego de la pandemia, muchas de las personas que salieron de la pobreza permanecieron en la zona de vulnerabilidad y ahora “cuatro de cada diez peruanos están en riesgo de caer en pobreza, el nivel más alto desde 2004”, destacó el BM.
Asimismo, el organismo explicó que para 2020 la economía se contrajo en 11 por ciento, su mayor caída en 30 años y la más grande en América Latina ese año.
“Como resultado, la tasa de pobreza nacional se incrementó a 30.1 por ciento, un nivel que no se había visto desde 2010, y la pobreza extrema alcanzó 5.1 por ciento en 2020, comparable con la tasa de 2013. Para fines de 2021 la economía se había recuperado, pero la pobreza y la pobreza extrema mantuvieron los niveles de 2012 y 2015, respectivamente”, precisa el informe.
Lo anterior se ve reflejado en los bolsillos de los peruanos, que durante las dos últimas décadas han soportado un ingreso de entre 6.85 dólares y 14.00 dólares al día, un ingreso bajo en términos de poder adquisitivo
“Las personas pobres y vulnerables no tienen mecanismos formales y adecuados de mitigación y dependen de sus familias para cubrir sus necesidades de alimentación”, advierte el Banco Mundial.
Vulnerabilidad social y pobreza
Aparte del incremento de pobres, la ola del Covid-19 se extiende más allá, analistas de la institución financiera señalan que Perú también ha sido golpeado por otros factores como:
La falta de acceso a los bienes y servicios públicos, lo que ha impedido que la población acumule activos productivos.
La calidad de los servicios es baja y desigual en el país. Por un lado, el suministro de agua potable y electricidad es afectado por interrupciones de cobertura y cortes de energía, mientras que por otro, el acceso al agua se ve limitado.
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La calidad de los servicios de salud, la cual, está por debajo de los estándares de la Organización Mundial de la Salud en casi todo el país, y la calidad de la educación es baja, sobre todo en la selva y en la sierra.
Asimismo, la acumulación limitada de activos productivos por parte de los segmentos más pobres de la población está vinculada a trabajos de mala calidad y al estancamiento de la productividad laboral.
La alta tasa de informalidad, que afecta la capacidad del gobierno para recaudar impuestos, así como para la propia redistribución del sistema tributario y de transferencias.
Recomendaciones del Banco Mundial
Ante dicho panorama, el BM realizó una serie de recomendaciones para reactivar la economía del Perú y disminuir el riesgo de pobreza que actualmente azota a la región.
“Para reducir la fragilidad de los avances sociales, el gobierno y las instituciones deben promover un nuevo tipo de crecimiento, uno que sea inclusivo y se centre en la reducción de la pobreza y la desigualdad, pero que también aborde las debilidades reveladas por la pandemia”, señaló el estudio.
De tal modo, el organismo propone impulsar el acceso a servicios públicos de calidad. “Aunque en las últimas dos décadas hubo mejoras en el acceso a servicios básicos, aun así, casi el 60 por ciento de los hogares peruanos carecen de uno o más servicios esenciales como agua potable, saneamiento, electricidad e internet”, agrega.
El Banco Mundial recomendó también al gobierno peruano afrontar la alta informalidad y precariedad laboral, ya que, de cada cuatro trabajadores, tres son informales y sólo ocho de cada 100 trabajadores tributan directamente sobre sus ingresos laborales, mientras que la mayor carga de recaudación está en el Impuesto General a las Ventas.
Asimismo, la institución pidió cerrar las persistentes brechas de género que reprimen al país debido a que generalmente las mujeres tienen empleos de menor calidad y de productividad más baja.“Para que este crecimiento sea inclusivo y centrado en mejorar la capacidad productiva de la población más pobre, se debe impulsar el empleo de calidad y la participación laboral de las mujeres, así como mejorar la gestión de recursos y la capacidad de implementación de los gobiernos locales y regionales”, agregó Pilar Maisterra, directora interina del Banco Mundial para la región Andina.