El 15 de septiembre del 2008, el banco Lehman Brothers, —el cuarto banco de inversión más grande de Estados Unidos—, entró en bancarrota y desató el pánico en Wall Street y en todas las bolsas del mundo ante el temor a que otros bancos también cayeran. Frente al posible colapso del sistema financiero, los índices bursátiles se desplomaron ante lo que ya parecía ser la peor crisis desde la Gran Depresión del 29.
Así comenzó la crisis del 2008 cuando el colapso financiero provocó una crisis de liquidez, que ahorcó a miles de grandes compañías y a millones de pequeñas y medianas empresas.
Los bancos atravesaban una mala racha y súbitamente dejaron de otorgar préstamos. Sin acceso a crédito, muchos negocios no pueden funcionar, por lo que algunas empresas cerraron.
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Todo esto se dio en el 2008 y desde ese entonces las economías principales han pasado por las duras y las maduras para poder mantener sus economías a flote con la inflación en niveles controlado, pero en la actualidad ha sido un poco difícil gracias al covid19, Rusia y su invasión a Ucrania, la inflación por las nubes y las altas tasas de interés.
En la actualidad la Reserva Federal (Fed) ha llegado ya al punto de contrapeso para aplastar la economía o dejar que la inflación siga dominando al mercado. Y todo esto sostiene un gran dilema que se ha evidenciado en las últimas semanas, al brotar las primeras consecuencias en forma de colapsos bancarios y que ahora es «imposible de ignorar» que hay que decidir entre una cosa u otra, Jerome Powell y su equipo no se detendrán solo a intentar evitar una recesión, sino que priorizan la lucha contra la inflación.
Lo que la FED tiene en mente ha quedado muy claro en sus últimas reuniones que es seguir subiendo los tipos aunque no tan agresivamente como lo venía haciendo para poder cumplir con las proyecciones estimadas para los próximos 2 años.
La dificultad para volver al nivel de estabilidad de precios va a hacer que los bancos centrales tengan que entrar en una nueva fase, la de combatir la inflación planteándose si solo la subida de tipos es la medida principal de combatirla.
Desde que se iniciaron las tensiones bancarias, el mercado ha reevaluado el techo de los tipos de interés. Actualmente, las expectativas del mercado de swaps reflejan un alza de más de 25 puntos básicos, hasta el rango del 5-5.25 por ciento, con un 50.3 por ciento de las posiciones para mayo.
Este ajuste está en línea con el dot plot de la Fed. Sin embargo, la mayoría del mercado descuenta un primer recorte en el precio del dinero ya en junio, con un 57.1 por ciento de probabilidad. Dentro de esa apuesta, la gran parte ve una bajada de 25 puntos básicos y, en menor medida, se contemplan los 50 puntos básicos de descenso.
Recordemos que el dot plot se trata de un gráfico de puntos que se publica de forma trimestral que el banco central de Estados Unidos utiliza para señalar las perspectivas de los distintos miembros que integran la Fed sobre las perspectivas sobre la trayectoria de los tipos de interés en ese país.
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El diagrama de puntos se inventó a finales de 2011, con Ben Bernanke como presidente de la Fed, como forma de comunicar de alguna manera a los ciudadanos y sobre todo a los mercados ante los cambios que se puedan producir en la política monetaria y en los planes de estímulos que se habían puesto sobre la mesa tras la crisis financiera.