Contra todo pronóstico la economía rusa ha resistido a las sanciones impuestas por Occidente tras la invasión de sus tropas a Ucrania.
A pesar de las nueve rondas de sanciones impuestas por la UE, la economía rusa sólo registró un descenso limitado de su PIB en 2022. Esta «resistencia» fue saludada por el presidente Vladimir Putin durante su discurso sobre el estado de la nación.
La explicación de esta aparente resistencia reside, en primer lugar, en la subida de los precios de los hidrocarburos en 2022, que compensa la caída del volumen de las exportaciones -una caída de alrededor del 25 por ciento en el caso del gas.
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La UE, quien fuera el mayor cliente de Rusia, logró reducir sus importaciones de gas en un 55 por ciento con la esperanza de reducir la capacidad de Moscú para financiar su ofensiva en Ucrania.
Sin embargo, Rusia recurrió a otros socios comerciales, como Turquía, India y China, cuyas importaciones a través del gasoducto Fuerza Siberiana se dispararon un 48 por ciento, según el Viceprimer ministro ruso responsable de Energía, Alexander Novak.
Gas, petróleo, finanzas, comercio, tecnología… Todos los sectores de la economía rusa se vieron afectados por las sucesivas oleadas de sanciones occidentales. Sin embargo, las empresas rusas se están adaptando. Excluidos del sistema SWIFT, el indispensable sistema de mensajería segura, los bancos recurren a intermediarios para sortear las sanciones.
A pesar de los esfuerzos de Occidente de cortar las fuentes de financiación de la guerra en Ucrania, los resultados no han sido completamente satisfactorios.
Las sanciones más duras, como las relativas al petróleo, llegaron demasiado tarde para ser efectivas antes de 2022. Y esto permitió que Rusia redirigiera sus exportaciones a otros mercados, como China e India. Esto también permitió que sigan exportando sus productos a Europa hasta finales de 2022. A pesar de las sanciones, Rusia sigue importando mercancías occidentales a través de países terceros.
Europa continuó comprando petróleo y gas ruso durante gran parte del año pasado, mientras que Moscú también encontró nuevos socios comerciales de energía dispuestos en China, India y otros lugares. El banco central ruso reportó un superávit comercial récord de 211.000 millones de euros para 2022, impulsado en gran parte por sus grandes exportaciones de energía.
El aislamiento del sistema de pagos Swift también se ha sorteado con la ayuda de banqueros e intermediarios financieros rusos.
El Banco de Rusia hizo públicas sus estimaciones para los próximos años. Además de reconocer que la caída del PIB en 2022 había sido muy inferior a lo que se creía, el banco central señaló que «basándose en los datos de la segunda mitad de 2022 y las estadísticas recientes de enero de 2023, el Banco de Rusia ha actualizado su previsión macroeconómica a medio plazo… la previsión del PIB para 2023 se ha elevado a entre el -1 y el +1 por ciento».