En Francia la indignación crece cada día. Todo gira en torno al proyecto de reforma del sistema de pensiones anunciado por el gobierno de Emmanuel Macron. Este prevé retrasar la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años para el año 2030 y adelantar al 2027 -hasta ahora estaba previsto para el 2035- el alargamiento a 43 años (42 actualmente) el período de cotización necesario para cobrar una pensión completa.
Si bien ya ha sido aprobado por el Ejecutivo, recién este lunes empezó su tramitación en una comisión de la Asamblea Nacional y está previsto que el 6 de febrero empiece a ser debatido en el plenario del Legislativo Los opositores al proyecto han presentado unas 7 mil enmiendas, lo cual complicaría todavía más la discusión.
¿Por qué está proponiendo el gobierno de Emmanuel Macron esta reforma?
Además de porque fue una de las propuestas de las que Emmanuel Macron habló desde su primer mandato, que empezó en el 2017, la insistencia es “porque es necesario para asegurar el equilibrio del sistema”, ya que la esperanza de vida ha aumentado y las tasas de natalidad han disminuido.
La opinión pública está mayoritariamente en contra de la reforma, lo cual se refleja en las encuestas. Un nuevo sondeo publicado en las últimas horas por el instituto demoscópico Elabe muestra que el 72 por ciento de los consultados se opone al proyecto, 6 puntos más que hace una semana.
La primera ministra Elisabeth Borne dijo en una entrevista a la emisora France Info, que el retraso de la edad mínima de jubilación es un punto “no negociable” dentro de todo el paquete.
Emmanuel Macron tampoco parece muy dado a la negociación. Hace unas semanas hubo una gran movilización de los trabajadores de las refinerías de petróleo y gasolina que dejaron prácticamente sin combustible a muchas ciudades francesas por hasta 12 o 14 días, pero el mandatario no cedió y la huelga se tuvo que levantar.
Todas las ciudades francesas se llenaron de gente sin importar su tamaño, se trata de un movimiento social de récords que superan las grandes manifestaciones de 1995 en contra de reformas sociales: a diferencias de otras tantas y tantas ocasiones, esta vez no hay desbordes, ni violencia, ni gases lacrimógenos, ni, por ahora, agresiones policiales.
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Las autoridades indicaron que mil 272 millones de personas salieron este martes a la calle, cifra que el sindicato CGT elevó a 2.8 millones. Según el diario Le Monde, se trata en cualquier caso de «un récord contra una reforma social desde 1995».
París, donde se detuvo a 30 personas por choques con las fuerzas de seguridad, registró la mayor manifestación con 87 mil personas (500 mil según la CGT), pero la participación también subió en la mayoría de ciudades y pueblos: 40 mil en Marsella, 28 mil en Nantes, 23 mil en Rennes, según la policía.