Acabó el mundial Qatar 2022, pero no los escándalos alrededor del evento más importante del balompié internacional. Esta vez se conoció de supuestos sobornos para influir en las decisiones de la Eurocámara con respecto a la celebración de la Copa Mundial de Fútbol .
El llamado “Qatargate” fue conocido públicamente hace unas semanas cuando el diario belga ‘Le Soir’ y el semanario ‘Knack’ hicieron sus primeras revelaciones. La sospecha estaba dirigida a importantes miembros del parlamento europeo quienes habrían sido sobornados por Qatar para defender los intereses del emirato.
Entre las cuatro personas acusadas y encarceladas se encuentra la eurodiputada griega Eva Kaili, ex vicepresidenta del Parlamento Europeo. La policía encontró cientos de miles de euros en efectivo en el domicilio que comparte con Francesco Giorgi, su novio y otro acusado en el caso.
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Los agentes también sorprendieron al padre de Kaili saliendo de un hotel de Bruselas con bolsas de dinero, lo que les permitió actuar pese a la inmunidad parlamentaria al entender que estaba cometiendo un delito flagrante.
“Hoy, el Mundial de fútbol de Qatar es una prueba concreta de cómo la diplomacia deportiva puede conducir a una transformación histórica de un país, cuyas reformas han inspirado al mundo árabe», declaró Kaili ante el Parlamento Europeo el 22 de noviembre, añadiendo: «Qatar es líder en derechos laborales».
La ex presentadora de TV griega de 44 años está imputada por las autoridades belgas bajo los cargos de corrupción y blanqueo de capitales en una trama pagada por Qatar.
El escándalo del Qatargate y el fraude de fondos del erario europeo, en el que están implicadas presuntamente dos políticas griegas, es un duro golpe a la credibilidad de las instituciones europeas.
La investigación, llevada a cabo por un juez belga durante cuatro meses, examina un presunto delito de “corrupción” y otro de “blanqueo de dinero” en banda organizada.
“Hay sospechas de que un país del Golfo” intentó influenciar “en decisiones económicas y políticas del Parlamento Europeo”, indicó la fiscalía. Aunque evitó identificar al país, se trataría de Qatar.
Hasta ahora se realizaron 16 requisas en Bruselas, en las que se incautaron equipos informáticos, teléfonos celulares y 600.000 euros en efectivo.
Estos regalos por parte de los qataríes habrían estado ligados a la voluntad del país de mejorar su imagen en lo que concierne a los derechos humanos y el trato dado a los trabajadores migrantes, en medio de múltiples polémicas que se han desatado por las muertes de empleados en los últimos años en el país, desde que fue designado como anfitrión del mundial.