En medio de la elevada inflación y las altas tasas de interés, los micronegocios, las tienditas (supermercados chinos) y comerciantes buscan aliarse con sus proveedores, como la Central de Abasto de la Ciudad de México, para surtir el inventario con productos y mercancías accesibles y baratas procedentes de diversas regiones de la República Mexicana.
Pero eso no ha sido suficiente en una economía como la mexicana en donde los bancos como BBVA, Santander, Citibanamex, HSBC y Banorte no prestan dinero a los micronegocios y mucho menos a las tienditas y comerciantes por no contar con garantías de pago.
Y es ahí donde las instituciones de tecnología financiera (ITF o fintech) han implementado estrategias para que los comerciantes accedan a créditos que les permitan comprar productos y alimentos en las Centrales de Abasto para mejorar sus inventarios.
Lee: Las empresas mexicanas están conquistando California, Arizona y Texas
En una primera etapa se apoyará a más de 7 mil comerciantes de la zona metropolitana del Valle de México para que acudan a la Central de Abasto a surtirse, dice Alberto Bonetti, CEO y fundador de YoFio.
“Cumplimos con dos objetivos: Beneficiamos al pequeño comerciante con un crédito accesible y un reembolso del 10 por ciento en su primera compra”, comenta el directivo de la empresa mexicana.
“Además, favorece al dueño del local de la Central de Abastos, porque nos hacemos socios a través de estos créditos que se brindan acorde a las necesidades”, argumenta.
Según el Fideicomiso de la Central de Abasto (Ficeda), cada año se realizan transacciones por más de 9 mil millones de dólares. Por eso es el segundo centro de operaciones financieras del país, solamente detrás de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
En la Central de Abasto de la Ciudad de México se concentra el 30 por ciento del total de alimentos del país.
El financiamiento otorgado a través de una fintech reduce tiempos y costos para los micro negocios y tienditas en México, cuando se compara con un crédito en la banca tradicional, comenta el fundador de YoFio.
Lee: La Unión Europea declara a Rusia como Estado “promotor del terrorismo”
“Para acceder a la línea de crédito los comerciantes deben mantener operaciones por lo menos durante un año, tener entre 25 y 65 años de edad y generar ventas semanales superiores a los 7 mil pesos”, expresa.
“En México estimamos más de 1.05 millones de comercios, quienes en su mayoría se han visto afectados en sus ingresos a consecuencia de la inflación, por lo que un crédito a su medida puede significar la supervivencia del negocio”, asegura Alberto Bonetti.
El fundador de la app, que busca apoyar a los micronegocios a través de créditos inmediatos en México, señala que las tienditas son imprescindibles para el desarrollo de las comunidades.
De acuerdo con la última encuesta Inflación y Carestía, elaborada por la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), el 47 por ciento de los comerciantes tienen a la Central de Abasto como su principal proveedor.
Sin embargo, el 42.6 por ciento reconoce que sus ganancias han disminuido con respecto al año pasado, lo cual incide al momento de surtir y mejorar el inventario.
Actualmente, el 34.3 por ciento de los dueños de las tienditas reconoce que la falta de liquidez es el principal obstáculo para reactivarse.
Para Alberto Bonetti, una línea de crédito para comprar insumos en locales de la Central de Abasto afiliados a la fintech puede usarse para enfrentar las adversidades económicas durante este cierre de 2022.
Lee: Las acciones de Brasil subirán 13% a fines de 2023, a pesar de la zozobra política
“Con los créditos inmediatos los dueños de las tienditas pueden ocupar un recurso económico y pagarlo en 14 días sin intereses, es decir usarlo para adquirir nueva mercancía, venderla, así como pagar la deuda y obtener la utilidad a corto plazo”.
“Puede ser una estrategia viable, si tomamos en consideración que el 56 por ciento de los consumidores prefiere acudir a las tienditas por su cercanía y seguridad”, añade.
Un crédito debe solicitarse después de haber realizado una depuración de los productos obsoletos o poco funcionales para los consumidores, sustituyéndolo por insumos más demandados o productos nuevos que soliciten los clientes, concluye.