Enrique Yamuni, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti), asegura que México es un blanco grande de la ciberdelincuencia, ya que comenten 50 por ciento de los intentos de ciberataques registrados en América Latina.
“Entre México y Brasil tenemos el 85 por ciento de los ciberataques, mientras el resto de Argentina, Perú, Centroamérica y el resto de América Latina solamente tienen 15 por ciento de los delitos virtuales”, declara el empresario.
En la economía mexicana está una gran parte de las operaciones de las compañías internacionales, por lo que se requiere de una mayor cultura y una ley de ciberseguridad.
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La Canieti está trabajando con el Congreso de la Unión una ley de ciberseguridad para lograr una buena red, así como educar a la población sobre todo la población más vulnerable, que son los jóvenes y los adultos mayores, según el CEO de Megacable.
La Canieti está integrada por más de mil empresas afiliadas en todo México, agrupadas para defender y vigilar sus derechos e intereses comunes.
Agrega que México requiere un programa de difusión y educación para evitar los robos de identidad con la descarga de ligas en los celulares, en los dispositivos móviles, en las tablets y en la computadora personal.
Las grandes empresas son las menos vulnerables, porque tienen contratados o adquirieron sistemas antivirus y pagan con mecanismos contra la ciberseguridad, comenta Enrique Yamuni.
La inversión anual de una gran empresa, como Megacable, para frenar cualquier ataque cibernético es de entre 40 millones de pesos a 50 millones de pesos, dice el graduado de la carrera de Ciencias de la Comunicación por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Itesem).
“Las pequeñas y medianas empresas (Pymes) y las personas físicas son altamente vulnerables y no se está haciendo nada, por lo que necesitamos una ley de ciberseguridad que tenga convenios con todos los países del mundo”, comenta.
A una pequeña y mediana empresa le puede costar 7 mil pesos mensuales, junto con un acceso a internet seguro, blindar las computadoras y otros activos tecnológicos en contra de los ciberataques, expresa.
Detalla que a los adultos mayores los buscan para robarle la identidad, quitarles el dinero de sus tarjetas de débito, pedir un crédito a nombre de ellos. Y los jóvenes están muy sujetos a los delitos sexuales y acoso, luego piden dinero para que no compartan sus fotos sin autorización.
El empresario dice que no comenzó el foco rojo de delitos financieros a través de Internet en 2018, cuando robaron dinero a bancos de desarrollo y comerciales en México.
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Si cuando se cometen delitos “no agarramos a nadie” o sólo 2 por ciento de los crímenes se castigan: “Imaginense los ciberdelitos, que los delincuentes están en otro país, en otra ciudad o 2 mil kilómetros de distancia”, expresa Enrique Yamuni.
Además, en México no hay una fiscalía para denunciar los ciberataques y la Policía Cibernética no está bien articulada todavía, por lo que el delito no está dimensionado y es gigantesco.
Lo grave no es que te hackeen los sistemas computacionales y servidores, porque todo el mundo está sujeto a ese riesgo, sino debes contratar programas para minimizarlo y evitarlo y recuperar la información intacta y sin pagar rescates, señala.
“Lo grave es que minimices un ataque cibernético y no hagas nada. Eso es lo grave, o sea, no podemos minimizar un problema tan grande como un ciberataque. Esto es la nueva delincuencia”, agrega.
Los hackers cobran por el rescate de la información desde 250 dólares o hasta 100 millones de dólares, concluye Enrique Yamuni.