El obispo Rolando Álvarez de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí se convirtió en el más grande opositor del Régimen de Nicaragua.
El obispo Rolando Álvarez fue detenido luego de que la policía allanó su residencia y lo puso bajo arresto domiciliario. Ocho de sus colaboradores están en la cárcel. Rolando José nació el 27 de noviembre de 1966, en la ciudad nicaragüense de Managua.
El obispo en sus misas denunciaba la detención de los opositores del gobierno de Daniel Ortega y la suspensión de los derechos ciudadanos ganando así el seudónimo del opositor más importante en la actualidad para el gobierno.
El impresionante arresto del obispo Álvarez el viernes, el sacerdote de mayor categoría que ha sido detenido en América Latina por ponencias políticas en décadas, fue la orden más reciente y más agresiva del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, contra la Iglesia católica. Incluso, era el único organismo que había escapado a su control tras 15 años de gobierno perpetuo.
La policía detuvo a otros siete sacerdotes desde junio por cargos que van desde abuso infantil hasta alteración del orden público. Nadie ha sido condenado. Otro párroco provincial, Uriel Vallejos, pasó a la clandestinidad después de que la policía allanó la estación de radio de su parroquia y rodeó su residencia durante varios días a principios de este mes.
En julio, el gobierno ilegalizó la orden misionera fundada por la Madre Teresa y echó del país a las 18 monjas de la orden sin esclarecimiento alguno. Estos hechos continuaron con la expulsión en marzo del enviado del Vaticano a Nicaragua, el arzobispo Waldemar Stanislaw Sommertag.
La ola de arrestos y exclusiones hizo que el papa Francisco apaleara este domingo 21 de agosto, pues el sumo sacerdote se pronunció. Fue justamente en el ángelus de la Plaza de San Pedro cuando el Papa aprovechó para hacer referencia a la situación de Nicaragua; además de hablar sobre su vigilancia continua a este país, le pidió a la virgen Purísima, una de las figuras representativas en Managua, que acompañara a esta población en su tribulación.
“Sigo con cercanía, con preocupación y dolor, la situación que se ha creado en Nicaragua que afecta a personas e instituciones”, comenzó, lo que sorprendió a los feligreses, ya que desde hace algún tiempo se estaba pidiendo la intervención del líder religioso en la persecución de Daniel Ortega a la iglesia católica.
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Agregó: “Quisiera expresar mi convicción y mi deseo de que por medio de un diálogo abierto y sincero se pueden encontrar la bases para una convivencia respetuosa y pacífica”, haciendo referencia a su deseo de terminar las represiones contra el pueblo nicaragüense a través de la diplomacia.
El mundo lamenta este hecho tan penoso para la iglesia católica y los feligreses de Nicaragua.