La visita de Nancy Pelosi la semana pasada a Taiwán no ha pasado desapercibida por China y ha traído una serie de repercusiones a nivel internacional. El gobierno de Xi Jinping anunció que suspende el diálogo militar de alto nivel con Estados Unidos, así como varios programas de cooperación entre ambos países. Entre ellos, la asistencia antidroga y la colaboración en repatriación de inmigrantes indocumentados. Las medidas son tomadas en represalia por la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán, isla que Beijing reclama como propia.
Esta es la primera vez en 25 años que una delegación del Congreso de Estados Unidos encabezada por un presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos visita Taiwán, tras la visita en abril de 1997 del entonces presidente de la Cámara, Newt Gingrich, la inclusión de Taiwán en esta gira de Pelosi por Asia demuestra plenamente la gran importancia que le concede a Taiwán, y demuestra una vez más el apoyo «sólido como una roca» de Estados Unidos hacia la isla.
Nancy Pelosi llego a la capital de Taiwán, a pesar de las alertas y amenazas del Gobierno chino, y ha argumentado que la visita “no contradice de forma alguna la política de Estados Unidos”.
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“Nuestra visita es una de las muchas realizadas por delegaciones parlamentarios a Taiwán y se enmarca en la política de Estados Unidos y la Ley de Relaciones de Taiwán de 1979 y los comunicados conjuntos sino-estadounidenses”, ha indicado en un comunicado en el que ha matizado que Estados Unidos “se opone a cualquier esfuerzo que busque modificar el ‘statu quo’”.
La República de China -cuya capital es Taipéi- es conocida a nivel internacional como Taiwán para no confundirla con la República Popular de China, gobernada desde Beijing. Tiene unos 23 millones de habitantes y es considerada por Beijing como una provincia separatista.
La República de China (nacionalista) y la República Popular de China (comunista) se encuentran enfrentadas desde el final de la guerra civil china en 1949. El Partido Nacionalista fue desplazado por el Partido Comunista de la mayor parte del territorio chino, quedando limitado tan solo al territorio del archipiélago de Taiwán.
El Gobierno taiwanés considera a su territorio como un Estado soberano, pero oficialmente no ha proclamado su independencia de la China continental y por eso su estatus legal es confuso. Actualmente solo 15 países reconocen a Taiwán como un Estado independiente.
Además tiene su propia constitución, con líderes políticos elegidos en las urnas, una economía capitalista plenamente abierta al mundo y unas 300 mil tropas activas como parte de sus fuerzas armadas. En 1971 la República de China fue expulsada de la ONU, pues este organismo internacional le dio el reconocimiento diplomático a Beijing decir, a la República Popular de China.
Tras la visita Nancy Pelosi, el Ministro de Asuntos Exteriores chino condenó su presencia en Taipei en un fuerte comunicado. “Es un acto muy peligroso que implica jugar con fuego. Quien juega con fuego acaba quemándose”, advirtió y luego China se preparaba para demostrar que “no se quedarían de brazos cruzados”
Mientras Beijing extiende el asedio militar sobre Taiwán. El Comando del Teatro del Este del Ejército chino anunció este lunes que prolonga los ejercicios con “fuego real” cerca de los mares y el espacio aéreo de la isla autónoma, su prórroga confirma los temores de algunos analistas de seguridad y diplomáticos de que el Gobierno chino continuaría manteniendo la presión sobre las defensas del territorio taiwanés.
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Alrededor de 10 buques de guerra de China y Taiwán maniobraron cerca al límite. Taipéi señaló que envió aviones y barcos para reaccionar «apropiadamente».
Además, Taiwán denunció que identificó múltiples ataques de guerra cibernética presuntamente lanzados desde China. La tensión continúa y promete aumentar con el paso de las horas.