Antes de su viaje a Canadá, el Papa Francisco visitó la Basílica de Santa María La Mayor para rezar en silencio ante el icono de la Virgen La Salus Populi Romani, Patrona de Roma y encomendar su próximo viaje, el número 37 de su pontificado al que ha descrito como una peregrinación penitencial y que tiene como objetivo el perdón y la reconciliación entre la Iglesia y los pueblos indígenas canadienses, víctimas en el pasado de políticas de asimilación perpetradas también por institutos religiosos católicos.
El pontífice argentino, de 85 años, llegó el domingo a Edmonton (provincia de Alberta) para una visita de seis días que ha sido muy esperada por los pueblos aborígenes locales principalmente de tres grupos: Primeras Naciones, Metis e Inuit.
El papa Francisco pidió ante ellos perdón por «el mal que tantos cristianos cometieron contra los indígenas» de Canadá y lamentó la colaboración de su Iglesia en lo que calificó de «destrucción cultural».
«Estoy dolido. Pido perdón por la forma en la que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también por medio de la indiferencia, en esos proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada “El lugar en que nos encontramos hace resonar un grito de dolor», afirmó el sumo pontífice.
En el centro de este «peregrinaje penitencial» está el doloroso capítulo de las «escuelas residenciales» para niños indígenas, un sistema de asimilación cultural que causó la muerte de al menos 6.000 menores por enfermedad, desnutrición, negligencia o abusos desde finales del siglo XIX hasta la década de 1990, y que creó un trauma a varias generaciones.
El gobierno canadiense, que ha indemnizado con millones de dólares a antiguos alumnos, se excusó oficialmente hace 14 años por haber creado estas escuelas para «matar el indígena en el corazón del niño».
Se calcula que unos 50 mil niños indígenas fueron matriculados a la fuerza en estos centros, separados de sus familias, de su lengua y de su cultura y a menudo fueron víctimas de violencia física, psicológica y sexual.
La visita papal suscita esperanza entre algunos sobrevivientes y sus familias. Muchos esperan también gestos simbólicos, como la restitución de objetos de arte indígenas conservados en el Vaticano desde hace décadas.
El Papa Francisco permanecerá en el país hasta el día 30, visitando no sólo Edmonton, sino también las ciudades de Maskwacis, Québec e Iqaluit.
El martes 26 de julio, día de San Joaquín y Santa Ana, el Papa Francisco participó en la tradicional peregrinación al lago de Santa Ana.
El origen de esta peregrinación, conocida como “Lac Ste Anne Pilgrimage”, se remonta al año 1889, y con el tiempo se ha convertido en la peregrinación anual más importante para los católicos norteamericanos, y que es concebido como un punto de encuentro entre los católicos e indígenas del país que buscan sanación y consuelo espiritual.
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