El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó esta semana sus estimaciones de crecimiento para 2022 alertando que la inflación se prolonagará más de lo previsto inicialmente, ralentizando así la economía mundial.
La entidad cree que las «elevadas presiones de los precios persisitirán» este año, según dijo en un comunicado de prensa. De acuerdo a sus estimaciones, la inflación global promediará 3,9% en 2022 en las economías avanzadas, es decir, 1,6 puntos más que en 2021. En los países emergentes y en desarrollo, la inflación rondará el 5,9%, un punto porcentual por encima de del año anterior.
El fantasma de la inflación vuela sobre la economía global desde hace más de un año y los expertos, hasta ahora, se dividían entre los que insistían en que esta sería breve y pasajera y quienes temían que fuese a quedarse una larga temporada o incluso, crear una nueva realidad mundial.
El FMI es de la opinión de que los desequilibrios entre oferta y demanda que están provocando la subida inflacionaria «se corregirán a lo largo de 2022, a medida que la demanda se aleje poco a poco de los bienes y se reoriente hacia los servicios, y que se vayan retirando las extraordinarias políticas de apoyo», dijo la entidad. Esta también considera que los precios de la energía y los alimentos subirán a un ritmo menor que el año pasado.
Junto a la aparición de ómicron, la inflación ha sido uno de los motivos que ha llevado al FMI a rebajar sus predicciones de crecimiento del PIB mundial este año. La entidad estima que este aumentará en un 4,4% en 2022, es decir, 0,5 puntos porcentuales menos de lo previsto en sus últimas proyecciones. Aun así, esta cifra está por encima del 4,1% que prevé el Banco Mundial.
Otros de los motivos que han recortado el optimismo son una menor probabilidad de que el programa fiscal que impulsa Joe Biden en Estados Unidos, Build Back Better, sea aprobado. A esto se suman las «persistentes perturbaciones del suministro», asegura el FMI. Además, la entidad considera como factores ralentizadores de la economía mundial a la «contracción ininterrumpida» del sector inmobiliario chino, cuya mejor ilustración es la crisis de Evergrande, y a una recuperación del consumo privado en ese país por debajo de las expectativas.
En el caso de América Latina y el Caribe, el FMI redujo sus previsiones en 0,6 puntos porcentuales hasta el 2,4%.
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