Cuando el mundo hizo un parón el año pasado para combatir la expansión de la Covid-19, muchos intentaron ver el lado positivo: la suspensión de la actividad industrial y la reducción del transporte traería consigo menos contaminación, dándole un respiro a nuestro planeta. Un año después, vemos que no fue suficiente.
Un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicado esta semana arrojó que las concentraciones de gases de efecto invernadero alcanzaron un nivel histórico en 2020 y que crecieron a una tasa anual superior a la media de la última década (2011-2020). Estos gases, que incluyen entre otros al dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, retienen el calor dentro de la atmósfera, contribuyendo al incremento del calentamiento global.
De estos, el más abundante es el dióxido de carbono (CO2), que en 2020 registró un nivel de 413, partículas por millón. «La cantidad de CO2 en la atmósfera superó el hito de las 400 ppm en 2015. Y solo cinco años después, rebasamos las 413 ppm”, dijo en una nota de prensa el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas. “Esto no es una mera fórmula química y unas cuantas cifras en un gráfico. Conlleva repercusiones negativas de primer orden para nuestra vida cotidiana y nuestro bienestar, para el estado de nuestro planeta y para el futuro de nuestros hijos y nietos», añadió.
Las cifras dadas por la OMM se refieren a la concentración total de gases sin importar cuándo fueron emitidos. Cuando varios gobiernos alrededor del mundo decidieron paralizar gran parte de sus economías el año pasado para combatir la pandemia, se produjo un “descenso transitorio” de nuevas emisiones, según informó la OMM. Sin embargo, estas siguieron acumulándose, pues el CO2 tiene la característica de ser un gas de larga vida, sobrepasando el récord de emisiones registradas hasta ahora. Según la OMM, alrededor de la mitad del CO2 procedente de la actividad humana aún está en la atmósfera mientras que la otra mitad se encuentra alojado en los océanos y los ecosistemas terrestres.
Líderes mundiales se reunirán a partir de este domingo en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26 que se celebrará en la ciudad escocesa de Glasgow. El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, mostró esta semana en una conferencia de prensa su preocupación respecto a la urgencia de alcanzar decisiones en este evento: “Esta cumbre va a ser muy, muy dura. Estoy muy preocupado porque puede ir mal y puede que no alcancemos los acuerdos que necesitamos”.
Taalas también hizo alusión a la cita: «El Boletín de la OMM sobre los gases de efecto invernadero manda un mensaje científico contundente a los negociadores en materia de cambio climático que participarán en el 26º período de sesiones de la Conferencia de las Partes (CP26) en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Si se mantiene el actual ritmo de aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero, el incremento de la temperatura a finales de este siglo superará de lejos el objetivo establecido en virtud del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 o 2 °C por encima de los niveles preindustriales».
«Estamos muy lejos del camino marcado», concluyó.