Hacía años que no sucedía algo parecido: al menos 11 beisbolistas cubanos que habían viajado a participar en un torneo en México desertaron la semana pasada en lo que es el mayor episodio de fugas deportivas que la isla ha registrado en mucho tiempo.
Los jugadores se habían desplazado a México para competir en el Campeonato Mundial de Béisbol Sub 23 y formaban parte de un equipo de 24 jóvenes. Estos suelen ser elegidos teniendo en cuenta su fidelidad al modelo de Estado cubano, según la CNN.
Aun así, uno por uno, casi una docena de ellos abandonaron la selección con la intención de no volver a su país. Al menos uno de ellos ya ha cruzado la frontera con Estados Unidos para pedir asilo político allí, según informaron medios locales.
El Instituto Nacional de Deportes (Inder) de Cuba culpó al Gobierno de Estados Unidos de esta serie de deserciones. Durante el gobierno de Barack Obama, ambos países firmaron un acuerdo que permitía a la liga profesional de béisbol de Estados Unidos (MLB) contratar deportistas cubanos. Sin embargo, este trato fue anulado por la administración de Donald Trump.
Según dijo en Twitter el Inder, esto “impide realizar sueños por la vía natural, habilitada para el resto de los países, y estimula el tráfico de atletas en defensa de intereses políticos, ajenos al bienestar y la tranquilidad de la familia cubana”.
El béisbol es uno de los deportes más populares en Cuba, que ahora se queda sin algunos de sus mejores jugadores jóvenes.
Las deserciones de deportistas cubanos no son raras. A lo largo de los años, muchos atletas talentosos han aprovechado viajes al extranjero para participar en torneos para poder escapar del régimen cubano. En el caso de los beisbolistas, está el aliciente de hacerse un hueco en la liga estadounidense, donde muchos de sus compatriotas han hecho carreras meteóricas.
El béisbol cubano ya había sufrido pérdidas este mismo año, como la de César Prieto, que abandonó el equipo durante un viaje a Florida para clasificar a los Juegos Olímpicos.
Para muchos, una deserción tan grande como la ocurrida en México es señal de la crisis económica que se vive en la isla, que este año registró protestas contra el gobierno comunista, algo muy poco común en Cuba, donde este tipo de manifestaciones son rápidamente reprimidas. Sin embargo, la escasez de comida y medicinas se ha acrecentado en el país hasta el punto de animar a muchos a tomar las calles afrontando el peligro que esto conlleva.