Hasta hace pocos meses, Evergrande era el segundo promotor inmobiliario de China. Hoy, es la inmobiliaria más endeudada del mundo, un coloso que se tambalea y que amenaza con llevarse de encuentro a muchas otras empresas si finalmente llega a colapsar.
Las acciones de la firma se han desplomado cerca de un 85% este año, según informa Financial Times, y ahora cotiza a su nivel más bajo de la última década. Evergrande tiene una deuda acumulada de US$300.000 millones y el vencimiento de varios de estos compromisos se acerca en momentos en los que le es imposible asumir más deuda.
La compañía intenta conseguir efectivo como sea, pero los impagos ya se han empezado a registrar y algunos de sus proveedores le confesaban a Wall Street Journal que habían tenido que recortar sueldos al no poder cobrar facturas a Evergrande o que habían recibido propiedades inmobiliarias como pago.
La empresa de estudios financieros Capital Economics calcula que el gigante inmobiliario todavía tiene 1,4 millones de apartamentos por construir que ya había vendido por un valor de US$200.000 millones, según le dijo al WSJ. Esto quiere decir que no solo empresas, sino también millones de familias podrían verse afectadas si la empresa se ve obligada a declararse en quiebra o incumplir sus compromisos.
Pero el mercado está leyendo la situación de Evergrande más allá de la empresa en sí. ¿Será Evergrande un aviso de lo que le espera al endeudado mercado inmobiliario chino? Con inversiones en todo el planeta, algunos temen que esto acarree otra crisis como la de las subprime, pero en vez de estadounidense, china.
Pero, ¿qué llevó a Evergrande a esta situación? La empresa priorizó durante muchos años su expansión, no solo geográfica sino también a otros sectores como el de los vehículos eléctricos o el del agua mineral. Estas ramificaciones y crecimiento fueron posibles gracias al endeudamiento.
La pandemia, sin embargo, paralizó el mercado inmobiliario chino el año pasado, haciendo que el dinero dejara de ingresar. Evergrande respondió con varios descuentos para poder conseguir otro año de ventas récord.
Pero el costo fue más endeudamiento que se sumó a un escándalo por la revelación de documentos sobre los problemas financieros de Evergrande, algo que la firma desmintió y calificó de falsos. A esto se sumó un cambio en la política china, que prohibió que empresas tan endeudadas como Evergrand pudieran seguir emitiendo deuda o pedir préstamos.