Usain Bolt dejó de ser el hombre más rápido del mundo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, después de que el italiano Lamont Marcell Jacobs batiera su récord este domingo y se llevara el oro en los 100 metros planos en solo 9.80 segundos.
Jacobs, desconocido en su propio país y lejos de ser uno de los favoritos en su disciplina, no solo sorprendió, sino que deslumbró con una marca sin precedentes y, sobre todo, pasó a engrosar la lista de atletas que están batiendo récords en esta edición de los Juegos Olímpicos.
El sábado, la jamaiquina Elaine Thompson-Herah se llevó el oro en los 100 metros planos femenino en un tiempo que no se superaba desde 1988: 10.61 segundos. No fue la única que alcanzó la meta en menos de 11 segundos: otras cinco atletas más también lo hicieron. Otros varios récords personales y nacionales se han roto desde que las competiciones de atletismo empezaran el pasado viernes.
¿Coincidencia? No, según Andrea Vallauri, el hombre que diseñó la pista donde han sucedido todas estas hazañas en apenas cuatro días.
Pensada especialmente para Tokio 2021, la pista se diseñó a lo largo de tres años y estuvo a cargo de la empresa italiana Mondo, según explicó Vallauri al New York Times. Los materiales utilizados y su diseño hacen que absorba los golpes y devuelva la energía recibida, según dijo.
Otras disciplinas que también compiten sobre ella han notado la diferencia. Como el triple salto femenino, donde la venezolana Yulimar Rojas batió récords con una marca de 15,67 metros. Junto a los nuevos desarrollos en calzado y el aire cálido de Tokio, la pista de Mondo ha contribuido a triunfos como el del noruego Karsten Warholm, que también rompió un récord mundial pero en los 400 metros planos: se convirtió en el primer hombre que los completa en menos de 46 segundos.
La firma italiana suma 12 pistas olímpicas en su portafolio y esta última tiene un costo de USD 1,5 millones. Según dijo Vallauri a medios de comunicación como The Guardian, esta pista da entre un 1% y un 2% de ventaja a los atletas, porcentajes que pueden parecer insignificantes, pero que pueden resultar determinantes cuando la diferencia entre el oro, la plata y el bronce es de milésimas de segundo.
¿Cuál es su secreto? Según explicó Vallauri a The Guardian, se trata de una pista muy fina, de apenas 14 milímetros de espesor, que cuenta con gránulos de jebe. Estos últimos serían lo que más novedosa la hace.
“En la capa inferior de la pista hay un diseño hexagonal que crea estas pequeñas burbujas de aire”, le dijo Vallauri al diario británico. Según él, estas burbujas ayudarían a que la pista, a la que han llamado WSTY, tenga un “efecto trampolín”.
Sin embargo, la pista no es ajena a la polémica, ya que algunos atletas han señalado que los desgasta más y que sienten que podrían agravar sus lesiones, según reportó el New York Times.