Actualmente la sociedad global tiene la necesidad de encontrar constantemente vías alternativas a sus relaciones económicas, vías alternativas a la economía petrolera. De esta forma generar mayor competencia; incluso, si esta alternativa es sostenible, llegar a armonizarla con la protección del medio ambiente.
La economía no puede ser ajena a su entorno. A través de registros meteorológicos, los científicos están reportando eventos climáticos extremos como incendios forestales, inundaciones y grandes olas de calor. Veerbhadan Ramathan, renombrado climatólogo y profesor en la Universidad de California en San Diego, señaló que por la emisión de carbono «los eventos climáticos extremos empeorarán progresivamente en los próximos años”. Esta problemática será tratada por las delegaciones de todo el mundo que se reunirán en la Conferencia de Cambio Climático COP26 de las Naciones Unidas.
En este contexto, la bioeconomía puede coadyuvar. Su ventaja es que involucra la utilización sostenible de recursos, procesos y principios biológicos para proporcionar bienes y servicios a todos los sectores económicos. Puede ser implementado en América Latina, al igual que Europa implementó el Pacto Verde.
Chile ha firmado un Convenio de Desempeño (CD) para la creación del Centro de Biotecnología. Este proyecto consiste en utilizar la biomasa como energía alternativa. Cuenta con abundantes plantaciones de pino y eucalipto que generan la materia prima para la industria forestal, así también materias residuales de la agricultura.
Daniel Ortega Pacheco, director del Centro de Desarrollo de Políticas Públicas y Escuela Superior Politécnica del Litoral ESPOL, abierto un debate que desafía más a Ecuador. Él plantea la posibilidad de pasar de una economía petrolera a una bioeconomía sostenible.
A través de un artículo publicado en The Conversation, señaló q
Actualmente la sociedad global tiene la necesidad de encontrar constantemente vías alternativas a sus relaciones económicas, vías alternativas a la economía petrolera. De esta forma generar mayor competencia; incluso, si esta alternativa es sostenible, llegar a armonizarla con la protección del medio ambiente.
La economía no puede ser ajena a su entorno. A través de registros meteorológicos, los científicos están reportando eventos climáticos extremos como incendios forestales, inundaciones y grandes olas de calor. Veerbhadan Ramathan, renombrado climatólogo y profesor en la Universidad de California en San Diego, señaló que por la emisión de carbono «los eventos climáticos extremos empeorarán progresivamente en los próximos años”. Esta problemática será tratada por las delegaciones de todo el mundo que se reunirán en la Conferencia de Cambio Climático COP26 de las Naciones Unidas.
En este contexto, la bioeconomía puede coadyuvar. Su ventaja es que involucra la utilización sostenible de recursos, procesos y principios biológicos para proporcionar bienes y servicios a todos los sectores económicos. Puede ser implementado en América Latina, al igual que Europa implementó el Pacto Verde.
Chile ha firmado un Convenio de Desempeño (CD) para la creación del Centro de Biotecnología. Este proyecto consiste en utilizar la biomasa como energía alternativa. Cuenta con abundantes plantaciones de pino y eucalipto que generan la materia prima para la industria forestal, así también materias residuales de la agricultura.
Daniel Ortega Pacheco, director del Centro de Desarrollo de Políticas Públicas y Escuela Superior Politécnica del Litoral ESPOL, abierto un debate que desafía más a Ecuador. Él plantea la posibilidad de pasar de una economía petrolera a una bioeconomía sostenible.
A través de un artículo publicado en The Conversation, señaló que la transición es posible en el marco del concepto “build-back better” o de recuperación económica verde, inclusiva y competitiva que impulsan las principales agencias del sistema multilateral postpandemia.
Asimismo, menciona que la bioeconomía tendrá sentido si se crean condiciones para una transición socio-ecológica que requiere cambios estructurales en el modelo global de consumo y la internalización de los costos ambientales.
Daniel Ortega tiene la esperanza de que Ecuador, al igual que otros países megabiodiversos de América Latina, se motiven a no perder la capacidad de improvisación, adaptabilidad y de ver nuevas oportunidades para la economía. Por el momento, la bioeconomía se presenta como una alternativa viable pero no suficiente para sustituir la economía petrolera a corto plazo; sin embargo, al tratarse de una alternativa sostenible circular puede ser implementado progresivamente con políticas públicas nacionales.
ue la transición es posible en el marco del concepto “build-back better” o de recuperación económica verde, inclusiva y competitiva que impulsan las principales agencias del sistema multilateral postpandemia.
Asimismo, menciona que la bioeconomía tendrá sentido si se crean condiciones para una transición socio-ecológica que requiere cambios estructurales en el modelo global de consumo y la internalización de los costos ambientales.
Daniel Ortega tiene la esperanza de que Ecuador, al igual que otros países megabiodiversos de América Latina, se motiven a no perder la capacidad de improvisación, adaptabilidad y de ver nuevas oportunidades para la economía. Por el momento, la bioeconomía se presenta como una alternativa viable pero no suficiente para sustituir la economía petrolera a corto plazo; sin embargo, al tratarse de una alternativa sostenible circular puede ser implementado progresivamente con políticas públicas nacionales.