Jerome Powell, el presidente de la Fed, ha advertido sobre un nuevo riesgo que, en su opinión, debería regularse: las stablecoins.
Conocidas también como criptomonedas estables, muchas de ellas han ganado bastante popularidad en los últimos años y, para el líder del banco central de Estados Unidos, el hecho de que muchas estén ligadas al dólar debería imponerles las mismas normativas a las que están sometidos los depósitos bancarios.
Pero, ¿qué son las criptomonedas estables?
Como bien dice su nombre, se trata de un intento de dar estabilidad a las siempre volátiles criptomonedas. El auge de los criptoactivos que se ha vivido en la última década ha hecho ricos a algunos y dejado en la ruina a otros.
El bitcoin, que en abril llegó a superar la barrera de los US$60.000, ahora cotiza por debajo de los US$33.000. El resto de criptomonedas suelen fluctuar siguiendo sus tendencias. Es así como un ether, que en mayo valía más de US$4.000, hoy no llega a los US$2.000.
Sin embargo, la tecnología blockchain, que hace posible las criptomonedas, sigue de moda y su potencial en el sector monetario es prometedor. Entonces, ¿hay alguna forma de integrarla en una divisa sin que esta esté sujeta al alto riesgo y volatilidad inherentes a productos como el bitcoin? La respuesta del mercado a esta pregunta está en las stablecoins.
Estas criptomonedas estables se caracterizan porque cuentan con mecanismos para mantener un valor estable. El más común es asociar su valor al de activos reales: una divisa como el dólar, una materia prima como el oro u otra criptomoneda, como el mismo bitcoin. Pero también puede recurrir a otros métodos, como permitir que sean un algoritmo el que determine el precio, intentando que no haya grandes fluctuaciones.
El primer grupo es conocido como stablecoins colaterizadas, ya que en teoría están respaldadas por el valor otro activo. El segundo, como las stablecoins no colaterizadas.
Entre las colaterizadas más conocidas está el tether, supuestamente asociado al dólar estadounidense pero que en realidad es controlado por la empresa que lo creó, cuya sede está en Hong Kong. El tether tiene una capitalización de mercado de más de US$62.000 millones, según el sitio web especializado CoinMarketCap, y registra muchas más transacciones que el bitcoin, lo que la convierte en la criptomoneda más usada.
Esta creciente popularidad es lo que ha puesto a las criptomonedas estables en la mira de Powell. “En este país, tenemos una tradición en la que el dinero público se mantiene en lo que se supone que es un activo muy seguro. Tenemos un marco regulatorio bastante sólido en lo que respecta a, por ejemplo, depósitos bancarios o fondos del mercado monetario. Esto no existe para las criptomonedas estables”, dijo este miércoles en el comité de servicios financieros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
“Si van a ser una parte significante del universo de pagos —algo que no creemos que consigan los criptoactivos pero que sí podrían las criptomonedas estables— entonces necesitamos un marco regulatorio, algo que francamente no tenemos”.
Las stablecoins son objeto de duda para muchos expertos, que dudan del respaldo real que puedan tener. La empresa que controla el tether, por ejemplo, cuenta con mucho menos efectivo del que debería tener si su criptomoneda estuviera realmente respaldada por el dólar estadounidense: poco más de US$2.100 millones, según publicó la misma empresa en mayo.