Una protesta en una pequeña ciudad cercana a La Habana ha desencadenado una ola de manifestaciones contrarias al gobierno a lo largo de Cuba, un país donde no se veía algo así desde hace más de 30 años.
Las imágenes de centenares de personas coreando “abajo la dictadura” este domingo se esparcieron rápidamente por las redes sociales, prendiendo la mecha en lugares como La Habana, Palma Soriano, Alquízar, Güira de Melena y las capitales provinciales de Camagüey, Matanzas, Ciego de Ávila y Santiago de Cuba, según informó RTVE.
“Libertad”, “Patria y vida” y “Abajo los perros comunistas” eran algunos de los reclamos que se podía oír. Más tarde, el servicio de Internet en celulares se cortó para evitar la transmisión de estos eventos.
Estas manifestaciones populares no son usuales en Cuba, donde existe un solo partido que domina la escena política desde el triunfo de la Revolución Cubana en 1959. La última se registró en los 90, cuando la isla se vio afectada por el desmoronamiento de la Unión Soviética, su principal socio. ¿Por qué entonces se dan ahora?
Cuba no ha sido ajena a la crisis sanitaria y económica desatada por la pandemia de Covid-19. Si bien al principio consiguió mantener el número de contagios bajo, ahora registra sus máximos niveles de infección, con cerca de 7.000 nuevos casos diarios, según la agencia EFE. Durante los primeros 10 días de julio, la cifra total de positivos alcanzó los 44.546 casos y la de fallecidos, los 235.
A esto se suma la delicada situación económica que viven los cubanos desde que el gobierno de Donald Trump deshiciera los acercamientos con La Habana establecidos por su predecesor, Barack Obama, que habían traído un rayo de esperanza a la isla con el incremento del turismo estadounidense. Con la crisis venezolana, Cuba perdió uno de los pocos socios que le quedaban. En este contexto, la pandemia ha sido para muchos ciudadanos la gota que derramó el vaso.
La ya crónica escasez de alimentos en Cuba se ha agudizado. La falta de medicamentos básicos, también. El gobierno introdujo el año pasado una reforma a la que llamó “Tarea de Ordenamiento”. Esta consistió en unificar la moneda (el peso cubano que usaban los nacionales y el convertible o CUC que usaban los visitantes) y su tipo de cambio, eliminar de forma gradual los subsidios considerados excesivos y actualizar los ingresos.
Como consecuencia, muchos cubanos vieron subir sus salarios, pero también los precios. Estos último se han disparado tanto, que muchos cubanos aseguran que sus aumentos salariales son insuficientes para poder llegar a fin de mes, como publicó Cubadebate.
Miles de personas se sumaron a las protestas del domingo, que acabaron con centenares de detenidos. El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, llamó a los partidarios del gobierno a enfrentarse a los manifestantes, algo que fue condenado por la Organización de Estados Americanos (OEA). Para él, la responsabilidad de las protestas recae en el gobierno de Estados Unidos, que “de forma mentirosa y cínica trata de provocar un cambio de régimen en Cuba”, según dijo este lunes en una comparecencia.
Díaz-Canel admitió que entre los participantes había gente con “inconformidades y reclamaciones legítimas” hartos del desabastecimiento que sufre la isla; pero aseguró que quienes organizaron las manifestaciones fueron un “pequeño grupo de contrarrevolucionarios” que trataban de “fracturar la unidad del pueblo” a los que calificó de “mercenarios de Estados Unidos”.
Decenas de personas buscan ahora a sus familiares, quienes presuntamente fueron detenidos durante las protestas. Entre ellos hay periodistas independientes cubanos y hasta un sacerdote católico.