A poco más de un mes de que empiecen los Juegos Olímpicos Tokio 2020, en Japón todavía hay una fuerte oposición a que estos se celebren en medio de la pandemia de Covid-19. Pero, ¿cuánto costaría cancelarlos?
La cifra de contagios de coronavirus en Japón ha mejorado mucho durante el último mes, bajando de una media de 6.460 nuevos casos diarios a mediados de mayo a una de 1.702 esta semana. Sin embargo, dentro del país, aún hay voces que llaman a no celebrar la edición de verano de lo que es el evento deportivo más multitudinario.
En Change.org, más de 426.000 personas han firmado una petición para que los Juegos no se realicen. Las protestas no son comunes en las calles japonesas, por lo que las que ha habido este año en contra de Tokio 2020 han acaparado titulares a nivel nacional e internacional.
Hitoshi Oshitani, uno de los virólogos más respetados de Japón, asegura que celebrar los Juegos Olímpicos sin riesgo a que sean un evento súper infeccioso es imposible, y acusó al gobierno de no estar haciendo pública información esencial para poder valorar la dimensión de este riesgo, según publicó la semana pasada el diario The Times. “Hay muchos países con pocos casos y varios que no tienen ninguna variante. No debemos de hacer de los Juegos Olímpicos [una oportunidad] para esparcir el virus a estos países”, le dijo al periódico británico.
Japón ha tomado medidas para intentar reducir este peligro de propagación. La primera y más obvia, postergar el evento un año. De ahí el nombre de Juegos Olímpicos Tokio 2020, que no se ha cambiado por motivos de márquetin. La segunda, la prohibición de espectadores internacionales en las competiciones. Esta semana se está evaluando si los residentes japoneses podrán asistir o si los deportistas deberán competir sin público.
Ambas tendrán un impacto económico en una cita deportiva en la que Japón ya ha gastado US$15.400 millones. Esta es la cifra oficial, algunas auditorías hechas por el gobierno indican que este número sería incluso más alto, según publicó esta semana The Guardian, que señaló que US$6.700 de esta cantidad provino de los impuestos pagados por los ciudadanos japoneses.
Solo la ausencia de visitantes del extranjero ya supone una pérdida de US$800 millones. Además, Tokio 2020 ya se anunciaba como el evento deportivo más auspiciado de la historia, según el Financial Times: las compañías japonesas se habían comprometido a invertir un total de US$3.000 millones, a los que habría que sumar los fondos de empresas extranjeras. Ahora, ante la fuerte oposición ciudadana, varias firmas locales estudian si su apoyo a los Juegos puede resultarles contraproducente.
Cancelarlos supondría un costo de hasta US$16.000 millones, según un estudio de Takahide Kiuchi, economista de Nomura Research Institute que, sin embargo, estima que celebrar los Juegos y que estos acaben siendo un punto de super contagio tendría un costo aún más elevado.
Bloomberg Intelligence estimó en entre US$2.000 millones y US$3.000 millones el impacto económico que una cancelación tendría en el sector de los seguros. A esto se suma que el Comité Olímpico Internacional (COI) es quien debe tomar la decisión de si los Juegos se celebran o no. Cualquier obstáculo mayor que le imponga Japón podría acabar en una denuncia multimillonaria, pues estaría rompiendo el contrato que tiene con el COI para acoger el evento.
De momento, el COI está decidido a seguir adelante con los Juegos Olímpicos. Como dijo recientemente uno de sus miembros: “Salvo un Armagedón que no podamos ver ni anticipar, estos [los Juegos] van a suceder”.