Una filtración a la agencia de noticias ProPublica de los datos fiscales de los estadounidenses más ricos ha puesto de cabeza a las élites de Estados Unidos y al Servicio de Impuestos Internos (IRS por sus siglas en inglés), el órgano gubernamental encargado de la recaudación de impuestos, que ahora investiga quién fue el responsable.
Magnates como Jeff Bezos, el fundador de Amazon; Elon Musk, el de Tesla; el ex alcalde de nueva York Michael Bloomberg o el inversor George Soros se han librado, algunos en más de una ocasión, de pagar el impuesto a la renta. Es decir, que registrraron años en los que no tuvieron que abonar ni un céntimo en este concepto pese a sus grandes y crecientes fortunas.
Bezos lo consiguió en 2007 y 2011, según los documentos obtenidos por ProPublica. Ese último año, la fortuna de Bezos se situó en los US$18.000 millones. Sin embargo, el ejecutivo declaró haber perdido a través de otras inversiones más dinero del que ganó. “Es más, como, según la ley fiscal, ganó tan poco dinero; incluso pidió y recibió un crédito fiscal de US$4.000 por sus hijos”, afirma el reportaje de ProPublica.
Entre 2006 y 2018, el fundador de Amazon declaró al IRS haber ganado US$6.500 millones pese a que su riqueza había aumentado en US$127.000 millones durante ese periodo, según explica el reportaje. “Los US$1.400 millones que pagó en materia de impuestos federales es un número muy grande, pero apenas supone el 1,1% de la tasa fiscal real sobre el incremento de su fortuna”, dice el artículo.
El caso de Bezos, quien es considerada la persona más rica del mundo por la revista Forbes desde 2018, es solo uno de los 25 millonarios cuyos datos serán publicados en próximas ediciones, que son resultado de la filtración y de una investigación de meses. Su publicación se da en un momento en que las autoridades estadounidenses debaten lo que podría ser el mayor incremento de impuestos a las altas rentas de las últimas décadas.
Según los cálculos de la agencia de noticias, a finales de 2018, estos 25 magnates sumaban más de US$1,1 billones por los que tuvieron que pagar un total de US$1.900 millones en impuestos. Para poder igualar esa cantidad, habría que juntar las rentas de 14,3 millones de “asalariados estadounidenses comunes”. Pero, en comparación, el dinero que estos ciudadanos desembolsaron en impuestos ese año se situó en US$143.000 millones.
Entre 2014 y 2018, Warren Buffet apenas pagó el 0,10% del crecimiento de su riqueza. Bezos, el 0,98%. Bloomberg, el 1,3% y Musk, el 3,27%. El equipo de Bezos se negó a responder preguntas detalladas de los periodistas de ProPublica. Buffet, quien consigue pagar pocos impuestos al amasar acciones de su fondo en vez de convertirlas en ingresos y al no dar dividendos, defendió sus prácticas ante la agencia pero le afirmó que “continúa creyendo” que los parámetros fiscales deben cambiarse “sustancialmente” y que “enormes riquezas dinásticas no son deseables para nuestra sociedad”.
Como consecuencia de la publicación, las autoridades federales estadounidenses han lanzado una investigación para dar con quien filtró los documentos, ya que los datos fiscales de los ciudadanos son confidenciales. Sin embargo, es una tarea difícil: la misma ProPublica asegura desconocer si quien le facilitó un volumen masivo de datos fiscales de un periodo de 15 años es alguien relacionado con el IRS o alguien que los pirateó.