Las medidas económicas adoptadas por Joe Biden, presidente de Estados Unidos, han creado un ambiente de tensión en Wall Street. El riesgo de enfrentar una inflación cada vez más creciente; sin embargo, por el momento este riesgo se mantiene controlado e incluso Wall Street mantienen una tendencia al alza.
Los grandes tecnológicos como Apple, Microsoft, Alphabet, Facebook son los responsables de mantener al alza el mercado de valores. Sus acciones tecnológicas permiten sostener a Wall Street en un contexto tan adverso como el Covid-19.
Apple aumentó sus ingresos aproximadamente en 54%, llegando a un volumen de 89.600 millones. Registró crecimiento de ventas en sus categorías en productos Pad, Mac y sobre todo por su nuevo 5G iPhone. Así también, los ingresos de Microsoft subieron en 50%, ya al tercer trimestre del año fiscal sus ventas aumentaron el 19% llegado a 41,700 millones.
Alphabet, empresa matriz de Google, superó los objetivos económicos que tenía para este año. Según José Castro “los ingresos por publicidad aumentaron 32% a 44,700 mil millones, con fuerte participación de YouTube (49%) y Google Cloud (6%)”. En el caso de Facebook, su fuente de ingreso de publicidad virtual aumentó en un 46%, duplicando sus beneficios hasta en 9.500 millones.
En consecuencia, el mercado de valores está reaccionando al alza. A esta convergencia de subida de acciones tecnológicas se le suma los resultados empresariales records de BigTech.
Una mirada crítica
Sobre el crecimiento de las acciones tecnológicas, Vincent Deluard, analista de la firma de inversión StoneX, precisa que “el futuro de estos titanes y de otros valores similares de crecimiento no es tan brillante”. Él se expresa así porque considera que, si lo sobrevaloramos los precios de sus acciones pueden variar drásticamente.
Para entender mejor, el analista hace una comparación con las acciones llamadas Nifty Fifty (un grupo de 50 acciones de grandes empresas como Coca-Cola, IBM, Johnson & Johnson, McDonald’s, General Electric, Gillette, Walt Disney, entre otras) que en la década de los años sesenta se hicieron muy populares y luego su valor se desplomó más del 50%. Muchos inversionistas pagaron múltiplos elevados sin evaluar el valor de la acción frente a los beneficios que producía realmente.