Si bien Wall Street vive momentos de auge, hay una amenaza que preocupa desde hace varios meses a los inversores: una potencial subida de la inflación.
Para ser más específicos, la inflación en Estados Unidos. La pandemia de Covid-19 hizo que esta tasa se desplomara hasta el 0,1% en mayo del año pasado, el nivel más bajo del último lustro. Pero, desde entonces, este indicador ha ido escalando hasta superar los niveles anteriores a la pandemia. El pasado mes de marzo, dio un salto mensual del 1,7% al 2,6%.
Si ya este incremento hizo temblar a los mercados hace un mes, las previsiones de una evolución similar de la inflación en abril tienen a los inversores muy preocupados. Esta cifra se habría situado en un 3,6%, según publica el periódico económico Financial Times.
A esperas de que Estados Unidos desvele el dato oficial, las inquietudes de los inversores se dejaron sentir en las bolsas mundiales este martes: en Europa, el Eurostoxx50, formado por las 50 empresas más grandes del continente, cayó un 2,12%; en EE.UU., el Dow Jones se contrajo un 1,4%, el S&P 500 en un 0,9% y el Nasdaq Composite logró remontar y registrar una bajada de solo el 0,1% después de un día en el que llegó a reducirse en más del 2%.
¿Por qué preocupa tanto la inflación? La inflación siempre es un motivo de inquietud para los inversores, que temen ver sus inversiones perder valor y una economía en la que los consumidores no pueden mantener la demanda ante la subida de precios, generando una caída de ventas.
En este caso, por un lado, están quienes comparten la opinión del presidente de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed), Jerome Powell, y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, de que una subida de la inflación sería solo temporal. Esta postura defiende que las fuerzas que mantuvieron la inflación por debajo del 3% antes de la pandemia todavía están vigentes y que cualquier incremento sería, por tanto, de corta duración.
En el otro bando, están quienes ven en el actual panorama económico las bases para que la inflación vaya escalando a largo plazo: el precio de las materias primas está en aumento, el del crudo ya se ha recuperado del golpe que le supuso la pandemia, la demanda se ha reactivado más rápido que la oferta y, en muchos hogares, el dinero que fue ahorrado durante la pandemia ha potenciado las ganas y la capacidad de consumo.
Este contexto facilita un incremento de los precios, lo que dispara el miedo respecto a cómo reaccionarían los bancos centrales a una inflación más alta. ¿Endurecerán las políticas monetarias? ¿Subirán los tipos de interés? El mercado teme que medidas como estas pongan en peligro la recuperación económica.