Hace solo unas semanas, el gobierno de India se sentía lo suficientemente confiado en su control de la pandemia de Covid-19 como para permitir que los fanáticos del críquet llenaran estadios. Hoy, el segundo país más poblado del mundo vive una devastadora segunda ola de infecciones que le ha llevado a marcar récords de muertes y contagios.
Este lunes, India batía por quinto día consecutivo el récord mundial de nuevos casos de Covid-19 con 352.991 infecciones en solo 24 horas. En total, más de 17,6 millones de indios han sido diagnosticados con esta enfermedad desde que comenzara la pandemia.
El número de fallecidos por coronavirus también ha sido bastante alto: 2.812 en un día, según datos oficiales, aunque el diario estadounidense New York Times afirma que la situación en los crematorios sugiere que estas muertes están siendo subestimadas.
Además, de los crematorios, donde los cuerpos se apilan, la magnitud de la crisis se puede ver en los hospitales. Pacientes graves están siendo rechazados a las puertas de urgencias ante la falta de camas y la escasez de oxígeno se extiende por el país. Varias naciones han prohibido la llegada de vuelos desde India y han prometido ayudas que van desde pruebas para detectar el virus, respiradores y equipos de protección hasta materia prima para impulsar la fabricación local de vacunas contra la Covid-19.
¿Qué hay detrás de esta segunda ola tan virulenta?
Por un lado, muchos señalan la relajación de restricciones en India, donde en los últimos meses se permitieron eventos de gran asistencia como festivales religiosos, mítines y encuentros deportivos con público. Por otro, algunos apuntan a una nueva variante surgida en esta nación, de la que aún se sabe poco.
Conocida como B.1.617, esta nueva variante fue detectada por primera vez en India, en octubre de 2020. En la actualidad, ya se encuentra presente en otros 21 países, aunque en pequeñas cantidades.
Todavía está por determinarse si es más contagiosa o resistente que otras variantes, pues los científicos no han podido acceder a las muestras suficientes para estudiarla mejor, según la BBC. Además, la capacidad del país para secuenciar el genoma del virus en cada uno de los casos detectados es menor que la que hay en otros como Reino Unido, donde la variante británica ha sido ampliamente estudiada. Es por estos motivos que los expertos aseguran que todavía no se puede afirmar que esta nueva variante sea la causante de la segunda ola que vive India.
Jeffrey Barrett, director de la Iniciativa del Genoma de Covid-19 del Instituto Wellcome Sanger, le dijo al Financial Times que la presencia de otras variantes como la británica pueden ser la razón de la compleja crisis que vive el país asiático. “Más que un solo brote monolítico, hay evidencia de múltiples epidemias llevándose a cabo en India y que se superponen”, le aseguró a ese diario económico, “lo cual tiene sentido porque es un país enorme y heterógeneo”.
Falta de oxígeno
Uno de los factores que más preocupa de la grave situación que vive India es la falta de oxígeno.
India se ha convertido en el país con mayor demanda de oxígeno, según el Rastreador de Necesidades de Oxígeno PATH. Según esta herramienta, la nación asiática necesita en la actualidad más de 13 millones de metros cúbicos de oxígeno cada día, muy por encima de los 2,7 millones que requiere Brasil, otro país que registra un gran número de contagios.
Varios hospitales en la capital, Nueva Delhi, ya se quedaron sin este recurso. Regiones como Delhi, con más de 20 millones de habitantes, no tienen sus propias plantas de oxígeno y dependen de importaciones, según la BBC. Esto pese a que India es una de las grandes potencias en el sector del acero, donde el oxígeno es un subproducto, por lo que la industria se ha volcado a intentar suplir esa carencia y adaptar su producción para generar más oxígeno que pueda ser usado en entornos médicos.