La Justicia vaticana condenó el jueves 21 de enero del año en curso, a Angelo Caloia, ex presidente del Banco Vaticano, a casi nueve años de prisión por enriquecimiento ilícito, blanqueo de capitales y malversación en la gestión, con la venta fraudulenta de bienes inmuebles de la Santa Sede.
El fiscal del Vaticano, Alessandro Diddi, pidió al tribunal que condenara a Angelo Caloia habiendo confiscado 32 millones de Euros y faltando aun confiscar 25 millones de Euros.
Caloia, de 81 años, fue presidente del Instituto de Obras Religiosas (IOR, nombre oficial del banco) durante veinte años hasta 2009.
El tiempo exacto de la sentencia es de ocho años y once meses de prisión. Fue declarado culpable de malversación de dinero al apropiarse ilegalmente decenas de millones de euros tras la venta de una veintena de propiedades en Roma y Milán, Italia.
La investigación del Banco Vaticano apunta a más de 500 transiciones sospechosas, además de él, su abogado, Gabriele Liuzzo, de 97 años, y su hijo Lamberto Liuzzo también fueron condenados. Se han apropiado de gran parte de los activos inmobiliarios del llamado Banco Vaticano, ‘vendidos’ a sí mismos a través de una compleja operación de blindaje con empresas offshore luxemburguesas, después de que el dinero giró a través de la mitad de Europa, terminó a su disposición, en particular los apartamentos en Roma y Milán.
Según los investigadores, los tres convictos desviaron más de 50 millones de euros del banco con la venta de decenas de inmuebles, prácticamente sin publicidad ni control entre 2001 y 2008.
El caso fue descubierto en 2014, cuando las cuentas bancarias de dos ejecutivos bancarios y su abogado fueron confiscadas y su seguido escándalo financiero estalló en 2015, teniendo a Caloia en el centro de las investigaciones.
Este caso es uno de los mayores casos enfrentados en la historia reciente del Vaticano y ocurrió poco después de los llamados «Vatileaks» y «Vatileaks 2», (filtraciones de información clasificada a la prensa).
Fonte: Via rss/feed Portal G1