La nueva ruta de la seda alcanzó a Europa, quien se convirtió en el segundo mercado de inversión de las empresas chinas, quienes encontraron que los mecanismos y reglamentos de control a los capitales extranjeras no son un juego político como en Estados Unidos.
Al viejo continente llegaron 28.2 billones de dólares de inversión procedente de China durante 2022, revela el estudio La inversión directa china en el extranjero pivota hacia el Hemisferio Sur elaborado por las economistas Adriana Haring, Betty Huang y Juan Manuel Manías del BBVA.
En 2021, los chinos invirtieron 32.5 billones de dólares en Asia, 27.3 billones de dólares en América Latina, así como 15.4 billones de dólares en África, 4 billones de dólares en Estados Unidos y 1.5 billones en Oceanía.
“Aunque también se enfrentan cada vez más a los requisitos de selección, Europa siguió siendo uno de los destinos importantes para la inversión de China”, manifestaron los encargados de hacer los análisis económicos del banco de origen español.
“Las autoridades alemanas siguen dando la bienvenida a las inversiones greenfield procedentes de China, aunque han endurecido el control de las inversiones extranjeras en los sectores de alta tecnología y datos”, comentaron los analistas del banco español BBVA.
El principal motor de crecimiento de la inversión China en Europa ha sido la capitalización de plantas y fábricas de baterías para vehículos eléctricos, seguido de las tecnologías de la información, según la Oficina Económica y Comercial de España en Pekín.
“Destacaron la gran inversión que han recibido los Países Bajos (35 por ciento del total de la inversión extranjera directa de China) y el descenso de la inversión en Europa del Este”, explicó el organismo encargado de atraer inversiones a la economía española.
Agregó que en los únicos países donde existe una inversión estable y cuantiosa china son Reino Unido, Alemania y Francia (The Big Three), con un 40 por ciento sobre el total en 2021.
Los sectores que más inversión china han recibido, con un 59 por ciento, han sido bienes de consumo, los servicios y la industria automovilística, apuntó.
“Por tipo de propiedad de la empresa inversora, se consolida la tendencia iniciada en 2016 de una progresiva reducción de la inversión de las empresas estatales chinas (SOEs, por sus siglas en inglés), lo que ha permitido el crecimiento de la inversión de empresas privadas chinas en Europa (85 por ciento del total de las inversiones)”.
Al igual que la tendencia internacional, la inversión china en capital riesgo en Europa también ha aumentado significativamente entre 2020 (50 millones de euros) y 2021 (120 millones de euros).
“Esta se encuentra muy concentrada en Reino Unido y Alemania, así como en los sectores de tecnología financiera, comercio electrónico y gaming”, precisó la Oficina Económica y Comercial de España en Pekín.
Pese a que las relaciones comerciales con Washington se han reducido en los últimos años, la inversión china en capital riesgo en Estados Unidos sigue siendo la más importante, por delante de Europa.
En los últimos años la inversión extranjera directa china ha mostrado una creciente preferencia por destinos de América Latina y África: “Esta tendencia se explica básicamente, porque la mayoría de los países avanzados reforzaron sus regulaciones o discriminaciones contra los flujos de fondos procedentes de China”, detalló el BBVA.
Además, en los países emergentes de Asia, el avance relativamente más lento de la vacunación podría haber frenado temporalmente la inversión de China en 2021, declaró.
El agregado de Estados Unidos y Canadá, que en 2016 era el destino de un tercio del total de IED emitida desde China, en 2021 alcanzó apenas 3.7 por ciento de participación, detalló el banco español.
“El golpe de la pandemia y las regulaciones contra la inversión de China constituyen importantes determinantes de la reducción del flujo de inversiones”, agregó.
En la actualidad, las revisiones del Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos se han convertido en el mayor obstáculo normativo para la inversión china: “Estas limitaciones normativas han ralentizado sustancialmente el ritmo de las inversiones chinas en Estados Unidos, especialmente en las áreas de infraestructura, tecnologías avanzadas, sanidad y materias primas”, añadió BBVA.